Difícilmente los vecinos del sector centro norte de la ciudad olvidarán lo ocurrido el 24 de octubre pasado, cuando un incendio arrasó con el Unimarc Lautaro, dejando por largo tiempo a los vecinos de Oviedo Cavada sin una tienda cercana para realizar sus compras.

A nueve meses del devastador incendio, el supermercado volvió a abrir sus puertas totalmente remodelado. "Queremos agradecer el trabajo y la dedicación que ha puesto cada uno de nuestros colaboradores para lograr reabrir este importante local, y de esta manera, restablecer plenamente nuestro servicio en la ciudad de Antofagasta", señala el gerente regional de Unimarc, Felipe Ugarte.

Con la reapertura del Unimarc Lautaro, la cadena vuelve a sumar once locales en Antofagasta y 16 en la región, sumando los supermercados que tiene en las comunas de Calama y Tocopilla.

Asimismo, vuelven a reintegrarse 64 personas (la mayoría mujeres, un 80%), dos de ellas pertenecientes al programa de inclusión de la empresa, que cuenta con un total de 190 colaboradores con algún grado de discapacidad. El programa busca brindar un espacio para desarrollarse laboralmente en un ambiente que potencie sus habilidades.

En todo el país, Unimarc tiene 295 locales en 152 comunas. El supermercado de Carlos Oviedo Cavada posee una superficie de 662 metros cuadrados y una oferta de aproximadamente tres mil productos.

Ignacio Araya Chanqueo

No hay ninguna puerta para entrar a la pieza donde vive José Palma, el reportero cultural. Si usted es aficionado a las actividades de literatura, artes, ballet o cualquier cosa relacionada con la cultura, probablemente lo haya visto con su cuaderno, anotando cada detalle de lo que está ocurriendo. Su pieza en sí es una enciclopedia de todos los saberes. Hay tantos cuadernos, libros y anotaciones que un día no cupieron más y la frágil pared de madera cedió y se quebró a la mitad. Es difícil de explicar cómo la casa no se ha caído entera abajo.

"La cultura me partió la casa", dice José, soltando una risa, aunque por estos días el reportero cultural no anda para bromas. La semana pasada, alguien le robó dos de sus cuadernos históricos donde tenía registrada historia, datos arquitectónicos y detalles de la estación de trenes de calle Valdivia, la "estación nueva". "Y estoy en la más completa indefensión. Me lo sacaron del velador", asegura.

-¿Qué cree que pasó?

-Vaya uno a saber, no tengo sospechas de nadie, pudo ser en el día, cuando no estaba aquí.

Hasta la pérdida de sus dos cuadernos, José prácticamente no pasaba en la casa durante el día. Se iba temprano a la Biblioteca Regional, pescaba "El Mercurio" o "La Estrella" y buscaba actividades culturales donde ir anotando datos. En su pieza cuelga un pequeño plato de cartón donde tiene anotada toda la agenda de julio. "No estoy tranquilo", reconoce. Por ahora, la agenda de este mes queda en stand by.

¿qué hacer?

El reportero cultural recicla cuadernos. Cuando alguien tira alguno a medio escribir por ahí, los recoge y los deja en la entrada de su casa. Si necesita uno, le sacará las guías y hojas rayadas que algún estudiante dejó botadas y dejará las hojas vírgenes para escribir todos los datos que pueda. El conocimiento es su necesidad. Aunque es contador, José tiene en una ruma de libros miles de datos sobre el tema que sea: música, religión, dinosaurios. Todos vienen con recortes de prensa provenientes de los miles de amarillentos diarios que se apilan afuera, a la espera de ser descubiertos por el reportero cultural.

Aunque le da algo de miedo lo sucedido -pero dice que no es la primera vez-, José se vuelve a reír y dice que "así es la vida". No tiene bodega dónde guardar sus cosas y dice que va a tener que fondear por ahí los cuadernos para que no se vuelva a repetir una experiencia semejante. "No todos aprecian esto", dice mirando sus cuadernos. "Pero ¿qué puedo hacer? No ve que la cultura me partió la casa, no puedo poner puerta. ¿Qué puedo poner ahí?".

2004 Ese año partió escribiendo cuadernos con datos de actividades culturales.

Ya están abiertas las postulaciones para las capacitaciones gratuitas que ofrece el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) a través del programa Bono Empresa y Negocio (BEN).

Son un total de 150 cupos para los cursos de Licencia clase "B", Gestión y Administración de Micro y Pequeña Empresa, y Herramienta de Office Nivel Intermedio, para las comunas de Calama, Tocopilla y Antofagasta.

Las capacitaciones van dirigidas a dueños, socios, representantes legales de micro y pequeñas empresas y trabajadores independientes, quienes podrán mejorar su productividad a través de los tres talleres, mediante el pago del 20% del curso, el cual será reembolsado tras su finalización. Los interesados podrán postular al sitio www.sence.cl/BEN.