Estudio concluye un déficit de oxígeno en la bahía de Mejillones
Descarga de aguas de enfriamiento de la industria y aguas servidas con poco tratamiento serían las responsables.
"Lo que estamos haciendo es confirmando algo que la gente de Mejillones que vive hace mucho tiempo ahí, ya de alguna manera intuía", dice el seremi de Medio Ambiente, Rafael Castro, al dar a conocer los resultados del estudio de diagnóstico y monitoreo ambiental que se le hizo a la bahía de esa comuna.
Lo que cuenta el estudio ejecutado por el Centro de Ecología Aplicada (CEA) es categórico. Hay sectores del mar frente a la ciudad de Mejillones donde no hay oxígeno (ver infografía) y que más encima, de acuerdo al seremi, se está extendiendo. "Tenemos fondos anóxicos (donde no hay oxígeno) que están producidos fundamentalmente por la descarga de materia orgánica por los emisarios de enfriamiento, por otras industrias que tienen sus emisarios a la bahía y por las aguas servidas", dice la autoridad.
Castro cuenta que esa materia orgánica que se ha depositado en los sedimentos marinos, al descomponerse, consume el oxígeno presente. De ahí que las especies que pasen por ahí se ahogan y terminan varadas.
El estudio también analizó metales en la columna de agua que, si bien no tiene concentraciones como para generar efectos toxicológicos inmediatos, sí hay significativas cargas que se acumulan en el sedimento entre Mejillones y La Rinconada. También se vieron los metales pesados en organismos marinos: hay distintos grados, pero los que viven adosados al fondo tienen más factor de bioacumulación para arsénico, cadmio y cobre. En resumen, el estado de la bahía Mejillones del Sur, de acuerdo al estudio, es deficiente con tendencia en deterioro.
Reacciones
Tres años atrás, los pescadores de Mejillones -y los mismos mejilloninos- veían asombrados cómo toneladas de anchovetas llegaban a morir a las costas sin mayor explicación.
En ese entonces, José Sánchez, secretario del sindicato de Pescadores y Buzos de Mejillones, decía que la bahía estaba muerta y que debía viajar bastante mar adentro para obtener el producto. "Sabíamos que la anchoa se iba a morir porque la bahía está sin oxígeno. La anchoa no la dejó sin oxígeno, es la bahía la que está sin oxígeno por la industria", contaba a "La Estrella" en 2016.
Sánchez ayer fue notificado del estudio. "Esto nos da credibilidad frente a lo que nosotros decíamos", cuenta. El pescador asegura que el tema nunca se ha querido reconocer y que la boya que monitoreaba la temperatura, el oxígeno y la clorofila desaparecida en diciembre (y que fue a dar a Cobija en febrero), fue cortada a propósito. "Con este estudio van a caer muchos", dice.
Por otro lado, la Asociación de Industriales de Mejillones, envió un comunicado señalando que se implementará un Monitoreo Integrado Participativo (MIP) y que "ha estado comprometida" con el estudio del CEA. Según la AIM, el informe se une a otros estudios elaborados con otros organismos que han llegado a conclusiones distintas, "no habiendo podido establecer de manera concluyente las causas de los fenómenos que afectan la calidad del agua de la bahía".
"Nuestra propuesta de Monitoreo Integrado Participativo pretende complementar y precisar la información existente sobre el estado ambiental de la bahía", dijo Cristián Roempler, presidente de la Asociación de Industriales de Mejillones.
2016 En mayo de ese año se produjo una gran varazón de anchovetas.
Entre los cinco y los 25 metros de profundidad, frente a la ciudad de Mejillones y muy cerca de la costa, se halló fondo sin oxígeno. Las manchas oscuras que usted ve en el mapa es donde hay una alta carga de materia orgánica y donde el oxígeno prácticamente no está. Esto se mide tomando una muestra de sedimento, se leponen electrodos y le miden la conductividad eléctrica. Mientras menos milivolt (mV) hay, menos carga y menos oxígeno.