A veces tengo que respirar, contener los impulsos, los años otorgan mesura, pero jamás se curan las heridas... se reabren con estos lamentables nuevos casos, similares al de mi Cami. Puedo apreciar cómo, una vez más, después de siete años nada ha cambiado en términos legislativos, menos, en la indolencia del aparataje judicial, donde las víctimas son frías cifras.

Lo único que ha cambiado es la tecnología. Hoy, con las redes sociales, todos podemos denunciar, opinar y difundir, 'hacer presión'.

Sin embargo, después de estos largos años, se comienza a sentir cansancio, al observar que todo permanece inmutable, sin atisbos de cambio.

La 'Ley Emilia', sarcásticamente denominada 'Ley vale otro', no otorga privación de libertad efectiva. Políticos involucrados con la familia de las víctimas, que tristemente utilizan lo ocurrido para ganar más adeptos, porque el dolor tiende a nublar el corazón, y nosotros, víctimas por repercusión, quedamos vulnerables. Ponemos nuestra fe y esperanza en su gestión hasta que despertamos y 'bienvenida realidad'. Además de la pérdida trágica e irreparable de nuestro ser querido, tenemos que lidiar con el abandono y falsas promesas. Porque cuando el caso deja de ser mediático, todos desaparecen de la misma forma intempestiva en la que aparecieron.

Pero qué podemos esperar, si en nuestro país tenemos un arquero que mata personas, reincide y lo premian con la posibilidad de asistir a un magno evento deportivo. Sale de las audiencias como si nada ha pasado, sonrisa burlesca y actitud altanera, pero, aparte de comentar, ¡nadie hace nada!

Un lactante pierde la vida, sale un proyecto de ley, que en nada cambia la situación actual del manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte. Solo mayor difusión, porque ¿quién no se conmueve ante la muerte de un bebé? y la 'buena fortuna' de sus padres de residir en Santiago.

Sin embargo, los casos de regiones estamos en el olvido, con características tanto o más dramáticas que cualquier caso de nivel central.

Mi hermana fue arrastrada por más de 300 metros y el conductor zigzagueó para botarla, resultando su muerte producto de la maniobra... ¿Cómo se puede vivir tranquilo después de algo así?... estuvo horas tendida en la acera, porque era domingo y no había fiscal, según leí.

Daniela Tirado, no pudo ser levantada del lugar, porque no había auto del SML.

Nuestras víctimas fallecieron bajo características inhumanas e indignas, pero para el Gobierno 'de siempre' nunca hemos sido prioridad. Urge la modificación al Código Penal para tipificar como corresponde!..

Son palabras de sentida denuncia en homenaje a todas las víctimas de conductores ebrios. Ayer Camila, hoy Daniela... que mañana no tenga nombre: de nosotros depende!!!

Daniela Verdejo Contreras

víctima por repercusión