Luis Ardiles, operador de montacargas en la construcción, no puede salir de su impresión. Descubrió que su gato, 'Negrito' comenzó a predecir -y acertar- los triunfos de Chile en el mundial. No puede creerlo, si él mismo vio morir a 'Negrito' hace tres meses, y ahora viene a aparecer en sus sueños.

El vecino de la población Chile recuerda que todo sucedió después de llegar muy tarde del trabajo, la semana pasada, antes del partido entre Chile y Australia. Cansado, se fue a acostar. Y ahí pasó.

-Yo lo vi ahí en la cama, sentí los huesitos de él en la mano, me decía algo y veía una cosa que brillaba en la cama. Era la Copa, como que Chile iba a ser campeón. El gato me lo dijo a mí- dice.

No lo podía creer cuando despertó. Asustado, lo tomó como una señal. Fotocopió una de las pocas fotos que tenía de su gato y la pegó en la pared contigua a su cama, junto a una bandera nacional.

Se sentó a ver el partido junto a la foto. Chile ganó, 'Negrito' había acertado, y su regreso del cielo gatuno comenzó a presentarse para hacer anuncios cada vez más precisos.

-'Negrito' me dijo que a España le íbamos a ganar 1 a cero, o 2-1- insiste Ardiles, asombrado. Chile ganó 2 a 0, pero al menos el gato le volvió a achuntar. Hasta Antofagasta llegó el poder que alguna vez tuvo el mundialmente conocido Pulpo Paul.

'Negrito' llegó hace un año y medio a la casa de los Ardiles, rondando por el techo. Era tanto el cariño que la familia le tenía al gatito, que pasó a ser parte de la familia. Un día, apareció hinchado y jadeando a la casa.

-A mi gatito lo envenenaron, llegó con vómitos, herido- cuenta María Hernández, esposa de don Luis- y creo que todo esto es un milagro. Yo no podía creerlo, si es un animalito, y le achuntó al partido.

-Y va a seguir achuntándole- agrega Ardiles, con su polera de la selección. Esa vez, 'Negrito' terminó sus días envuelto en un saco, tirado en los cerros. Jamás pensó el matrimonio que volvería.

Los Ardiles tienen otra gatita. Se llama Pancha, pero no puede predecir partidos. Prefiere lamerse y acostarse en un rincón del clóset. A veces mira la foto de su antecesor.

-Mírelo a los ojos- dice don Luis- si tiene fe, mírelo fijo. Así se encuentra conmigo, se pone a ver partidos conmigo. A veces me despido, le digo 'chaíto'.

Pese a tener las predicciones en sus manos, don Luis no quiere lucrar con el poder de 'Negrito'. Aún no le dice cómo nos va con Holanda, y uno no puede llegar y preguntarle al gato, porque don Luis sólo sueña con él cuando 'Negrito' lo decide. Uno no puede invitarlo.

-Yo no he querido contarle a nadie, la gente no va a creer, va a pensar que estoy loco…- dice don Luis. Pero él está claro con lo que siente. Aún falta que cumpla su promesa más difícil, que Chile salga campeón del mundo. Y si eso llega a pasar, don Luis quiere llegar hasta Santiago, para decirle al mundo que fue un gato antofagastino quien lo supo antes. J

l Ignacio Araya