Música chilena en las radios
dinos lo que piensas
Desde siempre se sabe que las cosas obligadas no tienden a tener buenos resultados. Cada persona debe tener la facultad de elegir lo que quiere escuchar. Cualquier intento en contrario es subvencionar la mala calidad, el mal gusto.
Dicho en otras palabras, apuntalar manifestaciones musicales que no se imponen en propiedad por derecho propio ante sus pares y que ante la imposibilidad de hacerlo, apelan que por un decreto superior, sus canciones sean programadas y que casi por osmosis sean aceptadas por los radioescuchas de Arica a Tierra del Fuego.
Cuando se dice música chilena de inmediato se asocia a nuestro folklor tradicional, que sin ninguna duda merece no solo ser escuchado en Fiestas Patrias, eso sin discusión.
Por otra parte, obligar a las radios a programar un producto musical por un decreto legal, en absoluto les asegura éxitos y fama. El convertirse en un artista escuchado, admirado, y por qué no, en un modelo a seguir, debe ser el producto del trabajo, dedicación y estudio, como en cualquier profesión u oficio.
Antes de obligar a escucharlos, deberían existir radios, solo dedicadas a tocar artistas chilenos, emprendidas por ellos mismos, las que debieran ganarse en cancha al oyente con sus productos musicales, que sin lugar a dudas si estos tienen calidad, innovación, profesionalismo, romperán con todos los rating radiales. Esta situación los haría merecedores de todo el respeto del país, las otras radios se los pelearían por difundirlos y no necesitarían de leyes para ser escuchados. 'El que es un buen gallo, en cualquier gallinero canta...'
Luis Enrique Soler Milla
La situación del sector salud es preocupante. En 2013 aparecía como uno de los principales temas a atender por el Gobierno. Con el cambio del Ejecutivo el problema cobra la misma relevancia. Cuando la mirada sobre el sector público se profundiza, aparecen otros problemas relacionados con la capacidad productiva, expresados en listas de esperas que irritan a la población y equipos de salud, carencia de especialistas, fármacos e insumos. El sector privado es criticado también por su falta de transparencia y discriminaciones a los ancianos, los enfermos y más pobres. Aparecen otras situaciones importantes de atender como el de la satisfacción de la población con su atención y el de la gobernabilidad, ya que apenas comenzado este Gobierno, ya se ha programado la primera movilización de los trabajadores de la salud. También hay problemas de gestión en lo clínico, lo financiero y de los recursos humanos; algo evidente en la organización de los establecimientos, los equipos y el liderazgo.