El señor Harold Mayne-Nicholls cada vez que viene a la ciudad es solo para revolucionar el ambiente. Va a la prensa, se reúne con los G-10, donde dice que el club fue mal vendido, que estuvo mal hecha la venta, que no corresponde, etc.

Se avisó con anticipación que el club sería vendido ¿por qué no lo evitó él mismo?, ¿No buscó compradores?, ¿Qué puso de su parte?

Llega a la ciudad, habla, habla, habla, pero no da ninguna solución.

Le pregunto a don Harold, yéndonos a años anteriores, cuando la institución pasó por una etapa difícil, embargaban las recaudaciones, embargos por no pago a los jugadores, imposiciones, salud, impuestos, finiquitos, planilla mensual, etc. ¿se preocupó él del club? y tiene la arrogancia de decir que es antofagastino.

Se perdió mucho dinero cuando al club lo mandaban a jugar a otras canchas como La Pintana, Arica, Calama ¿Alzó la voz cuando era presidente de la ANFP defendiendo a la institución?

Algunos dirigentes (no todos) reclaman sobre esto mismo, salen en fotos para la prensa, y los entrevistan. ¿Algunos de ellos no dejaron con deuda al club? Es fácil criticar después 'de'.

A Osciel Guzmán lo critican, lo insultan, hablan mal de él, hasta de ladrón lo han tratado. No hay respeto para él ni para su familia. Muchos se olvidan que a este barco lo dejaron a la deriva. Él tomó el timón y logró sacarlo de la tormenta. Buscó auspiciadores, pagó deudas históricas, dejó sueldos al día, sacó el club dos veces campeón del Ascenso.

El club estuvo a punto de desaparecer, él y otros dirigentes lograron salvarlo. Los chilenos somos chaqueteros, olvidadizos, mal agradecidos y buscamos las 5 patas al gato para desprestigiar a un dirigente que su único pecado fue salvar al club.

Waldo Campusano Álvarez

Muchos jubilados (pensionados), a pesar de pasar los 70 años, debido a nuestras bajas pensiones, hemos tenido que seguir trabajando, aunque muchas veces la salud y las fuerzas no sean las mismas que antes. Además, aunque no lo queramos, debemos seguir activos, cuando tenemos aún, una familia que depende de nosotros. Hay momentos en los que quisiéramos retirarnos voluntariamente, pero el temor a perder las indemnizaciones de los pocos años trabajados nuevamente, nos hacen desistir de esa posibilidad y continuamos haciéndolo. Quiero apelar a la conciencia de los empresarios y legisladores con el fin que haya una ley, que permita a los jubilados que aún siguen trabajando, retirarse voluntariamente y recibir las indemnizaciones correspondientes.