"Todos somos responsables del dolor ajeno"
Sentado en un puesto de libros que todos los días está en Prat llegando a San Martín, Danilo Pedamonte, escritor, fuma un cigarro mientras escribe en su notebook. Es algo nuevo, dice. Es lo que vendrá después de "Extraño proyecto literario", su último libro que lanzó hace un tiempo atrás, y del que les damos un adelanto.
-Es una consecuencia de escribir de tres temáticas que van en el libro: relatos, poesía y teatro. Un monólogo, como quieras llamarlo. Por eso es extraño, porque no hay como darle una forma, un cuerpo al libro en sí, entonces lo hice así nomas, como fuera.
-Lo que pasa es que en el Chile del siglo XX al siglo XXI, las cosas no han cambiado mucho. Yo siempre insisto en que hacerle la vista gorda al dolor humano, no tiene porqué ser, porque perderíamos la concepción de la humanidad. Si somos seres humanos, seres emocionales, entonces en el siglo en que vivimos tu no ves eso. Como que se omitió, como que en nuestro disco duro, eso lo borraron. Borraron el ser consecuente con el otro, y no en tema de lucas, pero sí ser solidario en el sentimiento ajeno. Eso no existe, y eso trato de hablar en mi literatura a través de cosas simples, pero reales.
-Yo creo que la indiferencia es una palabra que queda corta. Cada uno se preocupa de su metro cuadrado, cada uno se preocupa de sí mismo, y el otro no importa, porque yo necesito que mi vida se mejore, yo necesito el auto, yo necesito otras cosas, pero no necesito que el otro esté bien porque no es mi problema. Entonces empezamos a ocupar la palabra "no es mi problema lo que le pase al otro", pero de alguna manera, sí somos responsables del otro, somos responsables del dolor ajeno.
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hueón
-Claro, porque si tú puedes decir "yo escribo crónicas", pero si no tienes el título de periodista, no eres un cronista. Pero Hemingway no tenía título y ganó el Pulitzer, entonces ¿de qué me están hablando? ¿De qué mundo me están hablando? En el cual un papel que no diga lo que tú haces, no eres lo que tú haces. Entonces vemos el vacío de gente que puede aportar demasiado, y que se pierde simplemente porque no tienen el espacio necesario, o porque no creen lo que hacen. Un escritor no tiene derecho a nada, a salud, a sueldo, a nada, porque simplemente es escritor, no hay una universidad que imparta la carrera de ser escritor. Hoy nos vemos envueltos en esa desgracia. J