Una lista con 23 personas elaboró el abogado Juan Pablo Hermosilla en el marco de la demanda que enfrenta el Arzobispado de Santiago luego que las tres víctimas de Fernando Karadima demandaran a la Iglesia por los supuestos actos de encubrimiento de obispos en materia de abuso sexual.
En el documento, el representante de James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo detalla quiénes son los requeridos para deponer sobre los puntos de prueba fijados por el ministro Juan Manuel Muñoz, que sustancia la causa.
Entre ellos, destaca el sacerdote jesuita Felipe Berríos del Solar, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, el obispo de Osorno Juan Barros y el propio ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, quien fue condenado por el Vaticano a una vida de penitencia y oración por estos hechos.
A ellos, se suma el periodista y autor del libro Los secretos del imperio de Karadima, Gustavo Villarrubia, el periodista Rafael Zanetta, quien denunció "abusos de poder" de parte del sacerdote Juan Esteban Morales, y el abogado Alvaro Vidal, especialista en derecho civil.
También figura en la lista la psicóloga Elizabeth Lira, los obispos Andrés Arteaga, Cristián Contreras y Fernando Chomalí, y los sacerdotes Rodrigo Polanco, Francisco Walker y Rodrigo García.
Finalizan el listado el ex capellán de La Moneda, Percival Cowley -quien siempre expresó su apoyo a los demandantes-, y los sacerdotes Eugenio de La Fuente, Francisco García de Vinuesa y Zavala, Fermín Donoso, Eliseo Escudero, Jaime Ortiz, Juan Esteban Morales, Francisco Javier Astaburuaga y Diego Ossa.
Todos deberían ser citados en calidad de testigo en caso que así lo estime el ministro Muñoz entre las diligencias de la etapa probatoria que comenzó hoy con el testimonio del cura Eugenio de La Fuente. Los demandantes Murillo, Hamilton y Cruz buscan una indemnización por perjuicios de $450 millones.
Ello, porque según alegan, la Iglesia y sus autoridades cometieron negligencias sistemáticas al momento de abordar las denuncias de agresiones sexuales en contra religiosos, y específicamente de Karadima, condenado por el Vaticano a una vida de penitencia y oración. J