Curiosidades que encierra el Cementerio General de Antofa
"La vida es el comienzo de la muerte, y la muerte, el comienzo de otra vida". Esta célebre frase del poeta Ivo Serge -seudónimo del Dr. Antonio Rendic- se encuentra inmortalizada en un mármol a la entrada del principal camposanto de la ciudad, el Cementerio General.
La sabiduría de estas palabras encierran dentro de sí miles de misterios, tantos como los que el mismo recinto ha generado en más de 140 años de existencia. Hoy repasaremos algunos de los hechos que no sólo han marcado la historia del cementerio, sino también de nuestra ciudad.
Revolución y pestes
Llama la atención que este lugar albergue a un ilustre huésped, se trata del expresidente boliviano José Gutiérrez Guerra, vigésimo octavo mandatario de esa nación quien, después de que una revolución en 1920 le arrebatara el poder, se exilió en la ciudad, donde falleció a los 59 años añorando regresar a su amada patria.
Otro dato que no deja de ser alarmante es que en las inmediaciones del camposanto se inhumaron en fosas comunes los cuerpos de cientos de niños que fueron víctimas de la peste bubónica que atacó a Antofagasta en 1913.
Los restos quedaron sepultados sin ser removidos del lugar debido a que presentaban un peligro para la salud, pero la ciudad continuó su crecimiento urbano y hoy, donde aún reposan los infantes se encuentra construida la población Matta.
Curiosidades
Pero no todo queda allí, al sepulcro del exalcalde Hermógenes Alfaro (1900-1905) quien fuera uno de los artífices de las obras del posterior Parque Brasil, no le deja de crecer desaforadamente el pasto de su costado, convirtiendo a su tumba en un verdadero oasis en medio de las lápidas. El personal del cementerio no sabe la causa exacta de este extraño fenómeno.
Destaca también el sepulcro de un inglés llamado Thomas Richard, el cual a diferencia del resto de las tumbas, la suya mira hacia el mar. El epitafio está escrito en inglés y destaca que el joven falleció a los 30 años en 1880. Algunos señalan Richard fue uno de los primeros empresarios salitreros llegados a la zona, en plena Guerra del Pacífico.
Héroes de guerra
Otro hecho que también escapa al conocimiento de la mayoría de los antofagastinos es que en el mausoleo blanco que se encuentra en el corazón del recinto, casi dando la bienvenida al visitante guarda los restos de 9 marineros que cayeron víctimas del fuego de metralla del temible monitor Huáscar, el otrora buque peruano más temido durante la Guerra del Pacífico.
La noche del jueves 28 de agosto de 1879, a poco más de 3 meses de que el mismo barco echara a pique la a Esmeralda en el combate naval de Iquique, ahora arremetía contra las naves chilenas Magallanes y Abtao, que se encontraban en las costas de Antofagasta.
El fuego entre las naves duró toda la noche, y en ese lapso cayeron víctimas de su valentía 10 jóvenes marinos, de los cuales 9 hoy descansan en el cementerio de la ciudad, ante la indiferencia de muchos. J
Se debe destacar que el camposanto fue uno de los primeros recintos laicos del país, pero para que ello fuera se pasó por un arduo litigio con el reverendo de la ciudad de ese entonces, Juan José Pizarro, más Matías Rojas, presidente del consejo municipal argumentó que los dineros para la construcción del lugar eran públicos, por ende toda la comunidad tenía derecho a ser inhumada en él.
Cristian Castro Orozco
"El cementerio
guarda miles de
historias, aunque
muchas aún son
desconocidas".
José Marcelo Orellana,