Vecina le ganó a un cáncer de ovario en la etapa más agresiva
Empleada bancaria viajó a Santiago en busca de una segunda opinión médica pero le dijeron que "había que esperar nomás". Sin embargo, se trató en Antofagasta y en menos de un año ahora está haciendo su vida normal.
Hasta finales de 2014 la vida de doña Zulema Fuenzalida (56) parecía normal y sin mayores complicaciones.
Vive en una gran casa ubicada en el sector norte de Antofagasta junto a uno de sus dos hijos, su esposo y constantemente sus cuatro nietos la van a visitar y pasan la tarde o días con ella.
Pero cuando terminaba el 2014, la vecina comenzó con unos fuertes dolores a la espalda, también en la parte baja del estómago y bastante fiebre.
Rápidamente doña Zulema no dejó pasar más tiempo y fue a un médico quien le realizó varios exámenes, entre ellos un Papanicolau y una ecotomografía transvaginal. Dicho doctor no detectó nada anómalo, pero quedó con la duda, por lo que la vecina fue a la consulta del médico Alessandro Bronda quien revisó los exámenes y le detectó un tumor en los ovarios que estaba en etapa cuatro, es decir, la más agresiva.
El 28 de enero de este año la vida de Zulema Fuenzalida cambió. Le detectaron cáncer y también una metástasis en el mediastino (tórax). Pensó que se iba a morir, dejando a su esposo, hijos y nietos. Fue a Santiago en busca de un tratamiento en una reconocida fundación que se dedica a curar diversos tipos de cáncer. Allá le dijeron que ya no había mucho que hacer. Se devolvió a Antofa y aquí se realizó los tratamientos y ahora está sin células cancerígenas y viviendo una vida normal.
"Quiero que la gente sepa que aquí hay muy buenos especialistas", cuenta la vecina del sector norte.
Comisión
Aunque para su tratamiento tuvo que desembolsar de su bolsillo, gran parte fue cubierto por el Auge y todo empezó luego de la consulta con el doctor Alessandro Bronda.
"El 28 de enero el doctor Bronda me confirmó que era cáncer y llevó mi caso al comité del Centro Oncológico de la Clínica Bupa Antofagasta. Ellos estudiaron mi caso, el cual era un cáncer a los ovarios y una metástasis entre el pulmón y el corazón. O sea, se había ramificado el tumor, por lo que no me podían operar altiro", recuerda Zulema.
Cuando supo aquello, el mundo se le vino abajo y "comencé a llorar todos lo días", dice y explica que "me dieron la posibilidad de ver otra opinión médica y lo primero que pensé fue en irme altiro a Santiago. Así que hice la maleta, llevé mi carpeta con los exámenes y llegué a la capital a una fundación que es especialista en el tratamiento de varios tipos de cáncer".
Zulema comenta que unas cuatro amigas se han atendido en dicha fundación en Santiago y con resultados positivos. "Ellas se han sanado", dice Fuenzalida. Pero su caso fue distinto.
Mala experiencia
"El 30 de enero ya estaba en Santiago haciéndome los exámenes y cuando salí de la consulta del médico lo hice muy mal, llorando (…) Aunque no me lo dijo con estas palabras, como que me dio a entender que ya no había nada que hacer, que el cáncer ya estaba en etapa cuatro y que comenzar un tratamiento a esa altura iba a ser muy caro, sobre todo si yo no era socia de esa fundación. Prácticamente me sentenció, como que dijo que tenía que esperar nomás"
Zulema recuerda que, cuando salió del despacho del médico en Santiago, lo único que quería era devolverse, así que "lo hice altiro y apenas llegué contacté al doctor Bronda y él fue uno de mis médicos de cabecera en el tratamiento".
Alessandro Bronda es uno de los varios médicos que conforman el equipo multidisciplinario del Centro Oncológico de Clínica Antofagasta, donde también trabaja Luis Matamala (oncólogo, director del centro), Alejandro Santini (médico de la Unidad de Cuidados Paliativos y de Alivios al Dolor y subdirector del área) junto a varios especialistas más como cirujanos, radiólogos, patólogos, entre muchos más.
"sin enfermedad"
El 27 de febrero pasado doña Zulema Fuenzalida comenzó con la primera de seis sesiones de quimioterapia, en las cuales en todo momento tuvo la ayuda no sólo de los médicos, sino de su esposo, hijos, nietos, vecinos e incluso compañeros de trabajo, que en una oportunidad le hicieron un bingo solidario.
"Todos los días agradezco a Dios, a mi familia y cercanos por haberme apoyado tanto", dice la vecina que combatió durante meses un cáncer a los ovarios.
Según explica Alejandro Santini, uno de los médicos que ha controlado durante meses a doña Zulema, "ella tuvo un cáncer de ovario avanzado y una metástasis en el mediastino, es decir, el tumor se había ramificado fuera de los ovarios. Sin embargo, luego de varias sesiones de quimioterapias y una operación posterior donde se le extrajeron los restos que quedaban de la lesión del tumor, se confirmó que no quedó enfermedad residual y en estos momentos, doña Zulema se encuentra en seguimiento, sin evidencia de enfermedad, haciendo su vida normal, incluso practicando ejercicio".
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En junio la vecina terminó los seis ciclos de quimioterapias y en agosto recién pasado fue intervenida en pabellón con rotundo éxito y, actualmente, dice que "a pesar del bajón anímico los primeros meses, ahora estoy bien y sana, que es lo importante".
Zulema cuenta que "tenía que luchar (contra el cáncer) para seguir con mi familia, así que no podía darme por vencida, ya que tengo a mi esposo, hijos y mis cuatro nietos. Lógicamente hubo días donde lloré mucho y se me vino el mundo abajo pero ahora ya estoy bien y compartiendo cada momento con mis seres queridos".
La vecina cuenta que, cuando viajó a la capital, esperaba otra disposición. "Pensé que ellos me iba a curar porque tenía buenas recomendaciones…pero no fue así. Finalmente me atendí acá junto a un equipo médico excelente que a lo mejor la comunidad no conoce mucho", comenta la feliz vecina.