Javier Andrónico Cangana
Esta no es la primera vez que ocurre pero siempre es molesto para los trabajadores y vecinos del sector.
Ayer a las 9.30 horas se registró una nueva emanación de gas que afectó al sector centro norte de la ciudad, específicamente al Liceo Industrial, el jardín infantil "Caracolito" -el cual depende de la Junji-, Centro de Salud Mental (Cosam) del Ministerio de Salud y el Cesfam Rendic.
Todos los trabajadores de dichos establecimientos, incluso los bebés y preescolares fueron evacuados en su totalidad debido a que en el lugar había un intenso olor.
Aunque la presencia del molesto gas era evidente, sólo una persona del lugar se vio afectada con un poco de náuseas pero no fue necesario derivarla a un recinto asistencial, ya que fue asistida de inmediato por personal de bomberos en el lugar.
Hasta el lugar de la emergencia acudieron voluntarios de bomberos de la Cuarta, Sexta y Octava compañías, quienes comenzaron de inmediato con las mediciones utilizando sus multisensores, incluyendo el que está ubicado en el Liceo Industrial, el cual anteriormente también fue evacuado por un caso similar.
Los "chicos buenos" desalojaron rápidamente a los trabajadores y preescolares del lugar para evitar una mayor emergencia, ya que las herramientas para identificar qué tipo de gas era no arrojaron ningún resultado, por lo que era peligroso si se trataba de un gas tóxico, venenoso o incluso inflamable.
Contactado por esta situación, el comandante de bomberos Reynaldo Rivera, explicó que "a pesar que acudimos con la compañía especialista en materiales peligrosos (Sexta), no logramos esclarecer el tipo de gas ni la emanación de éste, pero la presencia era fuerte entre el Cesfam, Cosam y el jardín infantil. Por seguridad se procedió a la evacuación y, alrededor de las 11.30 horas, cuando el ambiente estaba libre de mal olor, los funcionarios regresaron a sus puestos de trabajo".
Rivera comentó que, aunque los instrumentos que posee bomberos identifican muchos tipos de gases, no lograron dar con el de ayer, pero hay una máquina -que cuesta sobre el millón de dólares- que identifica tanto gases como líquidos, pero es demasiado cara para la institución.