Ignacio Araya Chanqueo
Por estos días, cuando las parejas están pensando qué regalarse para celebrar como corresponde el Día de los Enamorados, los "sex-shop" comienzan a preparar sus promociones ante la alta demanda de los tortolitos, que quieren darse un gustito más allá. Sin embargo, al parecer aún a los antofagastinos les da vergüenza hablar de sexo.
"Hay quienes lo muestran de una forma sucia, lo conversan y se ríen, como que fuera una broma, como si la gente que compra estuviera enferma", cuenta Julia Bravo, relacionadora pública que hace un año y medio se instaló con una tienda por internet donde usted puede comprar todo tipo de artículos para adultos de forma totalmente piola.
El sistema es así: usted compra por internet (sexshoplujuria.cl) en el catálogo y se lo van a dejar a donde usted quiera.
Julia cuenta que como no estamos acostumbrados a mostrar estos productos en la calle, ha tenido que repartirlos tipo "James Bond": en el trabajo, en un punto de encuentro equis, o hasta una bencinera. "El embalaje igual es súper discreto, porque van y preguntan por la persona. No hay etiqueta ni nada, y eso hacer preservar la privacidad de las personas", cuenta la antofagastina.
En su tienda, el despacho es gratuito, pero si usted anda de apuros en la mitad de la noche (porque uno nunca sabe), el precio de entrega es de quince mil pesos, entre la medianoche y las ocho horas.
¿Por qué nos sigue dando vergüenza algo tan normal como comprar juguetes para adultos? Julia dice que el sexo no debiera seguir siendo tabú. "Es una necesidad humana", dice. Varios se los han tomado en serio: la emprendedora cuenta que tiene varios clientes que trabajan en la minera (con turnos 7x7) que han optado por comprarle un juguetito a la señora, "y no tenga que ver otras alternativas, de quizá otros hombres", cuenta.
15 mil pesos vale el reparto de emergencia, por si necesita salir de apuros luego de la medianoche.
ignacio.araya@estrellanorte.cl