No los querían juntos pero él se fue a buscarla como en final de novela
Tammy tenía 18 años cuando conoció el mágico norte. Ella es de la comuna de Quillota, por lo que decidió aventurarse en un viaje hacia estas tierras áridas, sin tener muchas expectativas. Cuando faltaba una semana para partir a su hogar, conoció el sex-appeal del hombre nortino con Johany.
"Alcanzamos a estar pocos días juntos porque me tuve que marchar, sabía que quizás nunca nos volveríamos a ver. Pasaron dos meses cuando recibí una llamada y era él que viajaba a la quinta región a verme y desde ahí fue un año de viajes sin el consentimiento de nuestros padres; ellos no querían que estuviéramos juntos", comenta la quillotana.
Tal como culebrón venezolano, le ponían problemas a él para viajar a verla, por eso un día se arrancó de su casa, dejó todo botado y se fue con ella.
"Vivimos un par de meses juntos, pero por asuntos de trabajo volvió al norte y me dejó sola. Lo fui a dejar al terminal de buses y me hizo una promesa que si él no volvía dentro de 15 días, diera por terminada nuestra relación... Al décimo día me llama y me dice mi amor acabo de llegar para nunca separarnos, y es así es como nunca más nos apartamos".
Van a cumplir 11 años juntos, tienen dos hermosos hijos, y dicen que la clave de su amor es que nunca dejaron de ser esos dos lolos locos de amor.
Viajó a Europa a conquistarlo
Todos hemos tenido un amor virtual. El mío fue a los 12 años en una sala de chat. Hablábamos cada día sin falta después del colegio. No funcionó, él era de Santiago y yo de Antofagasta. Desde ahí no creí en ninguna relación a larga distancia y menos separada por pantallas, hasta que conocí a Carolina Estevez. Ella viajó más de 12 mil kilómetros para conocer a Phillip, un alemán que solo había visto por Skype.
"Hablamos durante un año y medio y nos enamoramos hasta las patas. Yo no hablo alemán, él no habla español, pero nos comunicábamos en inglés. Un día hubo un problema, peleamos mal. Fue un mal entendido súper grande y 'terminamos'. No podía creer lo que estaba pasando y al otro día tomé un vuelo para allá, no le dije nada a él", cuenta Carolina.
¡Pero cómo! ¿Así de arriesgada?
-Sí, de la nada llegué a su casa y él paralizado. Durante el viaje pude haber sido hasta secuestrada porque llegué a París primero, ahí andaba con la maleta, sola, en esa ciudad gigante y ¡donde nadie hablaba inglés! Fui estación por estación hasta llegar a Alemania, a su casa. Abrió la puerta y de inmediato comenzamos a llorar y me abrazó. Estuvimos sin decir una palabra como por 10 minutos. Era la primera vez que estábamos juntos, fue como si nada malo hubiera pasado y el amor fue más fuerte. Ninguno de los dos podíamos creer que finalmente estábamos juntos, tocándonos las manos, mirándonos a los ojos. Estuve con él tres semanas, pero fue súper mágico. Fue la primera vez que le dije un te amo a alguien y él también.
Pero galla qué pasó después, ¿te fuiste o se volvieron a ver?
-La despedida fue la cosa más difícil que me ha tocado vivir. Él sufre de depresión congénita y varios traumas desde hace muchos años, que cuando me conoció por internet trató de suprimir. Luego de esa vez que nos vimos, y me fui, él se fue a negro. Continuamos conversando y todo, pero él estaba distinto, se perdió y hasta hablé con su psiquiatra.
Que triste...
-Sí, el hecho de haberme ido desató toda su tristeza guardada. La soledad, la pena, todo se había multiplicado por mil. Hasta que luego un día él me dijo que aunque se le partiera el alma, quería que hiciera mi vida y dejará de esperarlo.
Pero bueno, si bien mi historia de amor es un poco triste y nunca lo olvidaré, sirve para que las personas se la jueguen porque el amor, aunque sea triste... siempre vale la pena.