Familia francesa cruzó la región en medio de tour internacional
Partieron en Canadá y esperan llegar a Ushuaia (Argentina) antes de comenzar el retorno a su país.
En el carwash de Salvador Allende con Antonio Rendic, quitando la sal que se adhirió en Uyuni a su vehículo, pillamos a Lucie Eve y su marido Benoir Genoud, ambos franceses -de 26 y 31 años respectivamente-, se bajaban a estirar las piernas tras un largo viaje que se inició en Canadá hace 10 meses y que terminará en Ushuaia, Argentina.
Los europeos vienen con sus hijos, Lya y Eloan (4 y 2), quienes ya comienzan a adquirir el español, incluso más que su padre. Lucie era encargada de comunicaciones en Francia y Benoir mecánico de la empresa Tefal.
"Es un sueño que teníamos y hace dos años lo preparamos. Entonces ahorramos mucho dinero, vendimos la casa y yo dejé mi trabajo (...) esta era la oportunidad de hacerlo, antes de que los niños fueran a la escuela", comenta con tono azteca la mujer que vivió un tiempo en México antes de decidirse a volver para recorrer el continente. "Nos gusta mucho viajar. Ya fuimos a Croacia, Grecia, España, Italia... Bueno, todo está muy cerca allá (Europa), entonces lo recorres en auto y es fácil", agrega.
El hombre de 31 anda de vacaciones, así que recibe su sueldo cada mes como buen trabajador. El secreto fue juntar varios, bastantes, días pendientes, y así se pudo dar el lujo de estar por diez meses recorriendo América. Cuando regresen se pondrá nuevamente el overol y seguirá laburando.
Recorrido
Cuentan los dos que se sorprendieron de lo majestuso de Los Andes y que en cuanto al trato de los latinos, quedaron muy encantados con lo acogedores que fueron los colombianos. Juran que los cafeteros no dudaban en invitarlos a las casas para tomar oncesita y hasta les ofrecían una rica ducha.
La francesa de 26 explica que viajan "sin GPS, solo con mapas de papel, así que a veces nos perdemos pero es siempre algo maravilloso (...) ahora no sabemos para dónde iremos pero nos gusta así. A veces nos recomiendan un lugar y vamos. Solo así, con el azar. Lo primero que haremos es buscar una playa para ver si podemos acampar acá (en Antofagasta)".
Para dormir, los adultos se acomodan con una carpa arriba del vehículo y los niños en el interior. Buscan lugares fuera de las ciudades, donde nadie los moleste, y en el mejor de los casos en alguna playita solitaria.
De la región pudieron conocer el Salar de Atacama y los geisers del interior. Ayer se iban a tomar unos minutos para recorrer la capital regional y su intención era seguir su camino al sur.
Finalmente, confidencian que lo que más extrañan es la comida mediterránea, pero dicen que en Chile y Argentina les será más fácil encontrarla.