Javier Andrónico C. - La Estrella de Antofagasta

Basta con alzar la vista hacia gran parte de los faldeos de los cerros de Antofagasta para darse cuenta que en la mayoría de ellos hay campamentos y tomas de terreno donde tanto chilenos como extranjeros han levantado improvisadas casas para vivir junto a sus seres queridos.

El porqué de construir una vivienda en sectores de difícil acceso es simple: aluden falta de oportunidades para lograr una casa propia y lo caro de los arriendos en la capital regional.

Hace unos días varias personas de diversas nacionalidades -incluida la chilena- llegaron hasta el sector norte alto de la ciudad para empezar a lotear el cerro y posteriormente dividirse los terrenos.

El sitio escogido es la parte alta de la población Los Arenales, justo debajo de las torres de alta tensión.

Allí, hace unos días, varios hombres comenzaron a remover tierra e instalar improvisados cierres de madera, algo que rápidamente molestó a los vecinos que viven en sus casas a sólo metros de esta nueva toma.

Protesta

Osvaldo Huerta, poblador de Los Arenales II, no ha visto con buenos ojos la formación de la toma, la cual podría transformarse en un futuro campamento.

"Llevan pocos días trabajando en el lugar y, sinceramente, hasta el momento no hemos tenido ningún problema con ellos porque no hay nadie viviendo aún, pero no queremos que se radiquen allí porque inevitablemente la situación del lugar cambiará", expresó el vecino.

Según Huerta, quien vive hace unos 15 años en Los Arenales II, el barrio es bastante tranquilo y no hay problemas de asaltos o drogadicción y temen que con los posibles nuevos vecinos se generen situaciones complejas.

Otra vecina, Celia Opazo, comentó que anteayer realizaron hasta una protesta donde quemaron algunos neumáticos con el fin de demostrar su descontento sobre la situación. "Muchos de ellos no son de escasos recursos, podrían arrendar una pieza", comentó la vecina, quien agregó que hace unos años se instaló un campamento ("Los Ratoncitos") pero con ellos no tienen problemas, ya que se conformó un comité y próximamente tendrán casas.

Este Diario conversó con una de las personas que se encontraba trabajando en los nuevos lotes y su percepción de la situación es radicalmente distinta.

"Llegamos a trabajar y ordenar el lugar (faldeos de cerro) hace unas dos semanas pero hasta el momento no vive nadie acá. La razón de porqué estamos haciendo esto es que yo tengo cinco hijos y hasta ahora estamos arrendando una casita, pero los sueldos no son muy altos y es complicado para nosotros ese gasto", expresó el hombre.

Alrededor de las 11.15 horas llegó un furgón de Carabineros junto a un vehículo con personal de la Gobernación para realizar un catastro y proceder a la brevedad a desalojar la nueva toma.

"No vamos a permitir más tomas de terreno. Iniciamos el proceso para el desalojo"

Valentín Volta, intendente