Ignacio Araya Chanqueo

Fue a los 14 años cuando Luis Rebolledo Villarroel (38) tomó una bicicleta y la arregló. Desde entonces, el que con el tiempo se transformó en el conocido y querido "Dr. Bike's" de Antofagasta no paró de reparar bicicletas hasta la semana pasada, cuando un ataque cardiaco lo sorprendió en Santiago.

Luis, que atendía su taller en Maipú casi esquina de 14 de febrero, tenía plena conciencia del eterno problema de la basura en el borde costero. De hecho, hasta hoy está el letrero que puso en la oculta desembocadura de la quebrada Carrizo, detrás del Estadio Los Héroes.

"No te pedimos que limpies la playa, sólo te pedimos que no la ensucies", dice el cartel firmado por el Dr. Bike's en Carrizo. Cada cierto tiempo, él mismo se llevaba la basura que botaban en el único curso de agua que llega al mar en la ciudad. "Yo creo que es falta de cultura, es una cosa de sentido común. Es un bien para todos el que esté limpio", decía Luis a "La Estrella" el 20 de febrero pasado.

Pasión por las bicis

"Creo que nunca fui muy bueno para andar, pero sí para arreglarlas", contaba el Dr. Bike's en julio de 2014. Desde chico, si le pasaba algo a las bicis de sus amigos, él era el primero en meter mano para tratar de solucionar la pana. Al final, terminó aprendiendo las piezas y la forma de armarlas.

Con los años, Luis se hizo conocido entre la comunidad "cletera" de la ciudad y se ganó su cariño. Todos ubicaban su taller y era tanto lo solicitado, que en algún momento cada quince minutos entraba un cliente nuevo a pedir arreglar su bicicleta. Incluso, hubo clientes que pagaron la reparación de sus bicis, pero jamás las fueron a buscar...

"Se nota que en los últimos años la gente ha empezado a usar más la cleta como medio de transporte y eso es algo muy bueno porque no sólo se contamina menos, sino también se hace actividad física y a nosotros nos da trabajo cuando hay que ajustarlas y ajustarle los frenos", se reía Luis.

Fueron esos mismos amigos, los de siempre, los que realizaron un merecido homenaje acompañando la carroza fúnebre que lo trasladó hacia el cementerio. Ahí, cuarenta ciclistas desfilaron a paso lento para estar junto a su amigo, un apasionado por las bicicletas.

"Yo sé que va a sonar muy repetido, pero arreglar bicis es mi pasión", nos comentó una vez.

38 años tenía el Dr. Bike's, Luis Rebolledo, al fallecer la semana pasada en Santiago.

Carrizo cada cierto tiempo el "Dr. Bike's" iba a limpiar la desembocadura de esa quebrada.

ignacio.araya@estrellanorte.cl

Luego de tres semanas luchando por su vida, el fin de semana pasado falleció la tortuga que venía con heridas en su mandíbula y que fue traída desde Pisagua (Región de Tarapacá) hasta el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta.

Según el profesor Carlos Guerra, director del Centro, la tortuga no pudo soportar las graves heridas que le impedían abrir su mandíbula. "Tienen que haberle amarrado y un tirón bien fuerte para romperle los huesos entre la mandíbula y el cuello", dice Guerra.

La tortuga había sido hallada por pescadores de la Primera Región, siendo trasladada primero a Iquique y luego iniciado una travesía por funcionarios de Sernapesca desde esa ciudad hasta el Río Loa, límite regional. De ahí, en otras postas fue llevada hasta Michilla y finalmente a Antofagasta.

¿Qué pasa con las tortugas cuando mueren? El profesor explica que, después de la necropsia de rigor -se analizará su hígado, porque al parecer venía con un problema de intoxicación-, los cuerpos blandos se ponen con un desinfectante y terminan en el vertedero, mientras que los duros, como los huesos y el caparazón, se guardan para investigación.

En tanto, hay otra tortuga marina herida aparecida en Hornitos, que al parecer tenía ciertos organismos en el caparazón y que estaba a la espera de su rescate para ser enviada a Antofagasta.