Cartas
Solemnidad de los Santos (parte 1)
Señor director:
Comparto con ustedes el siguiente texto:
"Con toda la Iglesia celebramos la solemnidad de todos los Santos. Recordamos así, no solo a aquellos que han sido proclamados santos a lo largo de la historia, sino también a tantos hermanos nuestros que han vivido una existencia sencilla y oculta. Seguramente entre ellos hay muchos de nuestros familiares, amigos y conocidos, y será bueno recordar alguna faceta.
Celebramos, por tanto, la fiesta de la Santidad. Esa santidad que tal vez no se manifiesta en grandes obras o en sucesos extraordinarios, sino la que sabe vivir fielmente y día a día las exigencias del bautismo.
Una santidad hecha de amor a Dios y a los hermanos. Amor fiel hasta el olvido de sí mismo y la entrega total a los demás, como la vida de esas madres y esos padres, que se sacrifican por sus familias, sabiendo renunciar gustosamente, aunque no sea siempre fácil, a tantas cosas, a tantos proyectos o planes personales.
Los santos son felices. Si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices. Han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios.
Por eso, a los santos se les llama bienaventurados. Las bienaventuranzas son su camino, su meta, su patria. Las bienaventuranzas son el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas.
En el Evangelio hemos leído cómo Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea (El monte de las Bienaventuranzas).
Las bienaventuranzas son el perfil de Cristo, y, por tanto, lo son del cristiano. Entre todas ellas, quisiera destacar una: "Bienaventurados los mansos". Jesús dice de sí mismo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón"(Mateo 11,29).
Este es su retrato espiritual y nos descubre la riqueza de su amor. La mansedumbre es un modo de ser y de vivir que nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros; logra que dejemos de lado todo aquello que nos divide y enfrenta, y se busquen modos siempre nuevos para avanzar en el camino de la unidad, como hicieron hijos e hijas de esta tierra, entre ellos santa María Elizabeth Hesselblad, recientemente canonizada, y santa Brígida, Brigitta Vadstena, copatrona de Europa.
(continuará)...
Vicente Maiso
Presbítero
Parroquia Los Doce Apóstoles