Contraportada
L a notoriedad de nuestro personaje de hoy se mide en números. Con sus 27.000 seguidores en Instagram, Yenna Vargas está bien posicionada para armar carrera en el star-system criollo. Sus números son más sorprendentes si consideramos que es una chica que no ha salido en televisión, no es "hija de" ni se ha metido en líos de faldas.
Es que Yenna, quien está por titularse como nutricionista en la U. Pedro de Valdivia, es franca respecto a sus ambiciones. Admite que entró a la carrera como un método para cuidar su figura y entender mejor cómo funciona su organismo. Así ha logrado seguir vigente, dice, en una pega que le ha dado buenos dividendos: la de modelo y anfitriona de eventos.
"Para qué te voy a mentir: no me veo trabajando en un hospital ni en una clínica. Me dedico cien por ciento a los eventos porque es mucha más plata y trabajas menos. En el hospital tienes que hacer turnos, ¿pero por cuánto sueldo? 400 o 500, ahí empiezas. A lo más ganas 900 lucas, pero más allá de un millón, difícil", declara.
Yenna cree que los estudiantes de Nutrición y Dietética tienen un perfil claro, que ella notó entre sus compañeros y es un arquetipo que también asume como propio. "Siento que tenemos una obsesión con el físico y muchos se meten a la carrera porque quieren bajar de peso. Debes tener un tema con el cuerpo. Si te dicen que entran a estudiar para ayudar a la gente , es mentira. Uno lo estudia más que nada por uno mismo. Todos a los que conozco estudiaban por ellos mismos; aunque suene un poco fuerte, creo que muchos tienen un poco de trastorno con su físico".
Yenna cuenta que, al principio, sus compañeros de curso cuidaban demasiado lo que comían. "Pero era a un nivel obsesivo, no era normal, era demasiado". Y así fue como ella también cayó en algo de lo que hoy se arrepiente: el abuso de fármacos para bajar de peso. "No comía tanto y tomaba pastillas. Eso no me hacía bien. Tomé de todo: sibutramina, quemadores de grasa y hasta trembuterol, que es uno de los más fuertes. Era bien loca".
-¿Cómo te saliste de eso?
-No me traté con ningún psicólogo. Fue por mí: vi el efecto que producía. Estuve baja de peso, pero no era una flaca sana: me veía fea y chupada, parecía casi drogadicta, sobre todo con la sibutramina. En ese tiempo vivía en Pirque; tomaba el Metro para ir a la universidad y me tenía que salir por los bajones que me producía. Al final opté por mí. ¿Para qué hacer eso? Los kilos los bajé comiendo bien y de todo, y aprendí a comer bien con lo que me enseñaron en la universidad. Este abuso fue durante primer y segundo año.
-¿Cómo te alimentas hoy?
-Trato siempre de comer. La clave es comer y no dejarlo. No dejo de comer carbohidratos, ni pastas ni arroz. Al almuerzo trato de comer proteínas con algún carbohidrato; si quiero comerme un plato de pastas, lo hago, y después en la tarde me como una fruta. La idea es alimentarse cada dos o tres horas para así estar balanceado durante el día. En la noche trato de no comer mucho, y si lo hago es carne con ensaladas: hay que evitar los carbos en la noche.
"Si te dicen que entran a estudiar para ayudar a la gente, es mentira… creo que muchos (as) tienen un poco de trastorno con su físico".
Yenna Vargas"
Wilhem Krause
LUN