Redacción

Con un pasacalle de colores que recorrió las principales calles del casco histórico de Antofagasta, ayer finalizó el IX Festival Antof. A Mil, iniciativa de la Fundación Teatro a Mil y Minera Escondida/BHP Billiton que desde el 3 de enero juntó la danza, el teatro y la música en diversos espectáculos gratuitos para toda la familia.

"The color of time" fue la última actividad que maravilló tanto a los antofagastinos como a los habitantes de Mejillones, quienes participaron de la misma fiesta urbana el sábado por la tarde.

La intervención callejera contempló música en vivo y arcoíris de polvos gulal (polvo de maíz coloreado) a cargo de la compañía francesa Artonik, liderada por los directores Alain Beauchet y Caroline Selig, quienes buscaron reinventar la tradicional fiesta india de Holi que se celebra al llegar la primavera.

En ésta se ofrecieron abrazos a los desconocidos, dejando de lado las distinciones sociales y formando un espacio de cohesión y mestizaje simbolizado por la mezcla de colores. De esta manera los participantes celebraron la unidad y aceptación de la diversidad.

TEATRO y música

En sólo una semana Antof. a Mil realizó siete montajes provenientes de Chile, Canadá y Francia, los que, al igual que años anteriores, se desarrollaron en Mejillones y San Pedro de Atacama, en donde los espectáculos que más llamaron la atención fueron los de las marionetas.

"31 minutos: Romeo y Julieta" y "Nufonia Must Fall", contaron con un masivo público compuesto por los más pequeños de la casa.

En la primera función de la serie infantil, el personaje Juan Carlos Bodoque encantó a los niños en una adaptación exagerada del clásico de Shakespeare, mientras que Nufonia mostró la novela gráfica del reconocido dj Kid Koala, en la que fue contada la historia de amor de un robot.

En tanto, el teatro chileno destacó con las obras "La expulsión de los jesuitas" de Tryo Teatro Banda; "Por sospecha", escrita por el recientemente fallecido escritor, dramaturgo y librero Luis Rivano y "El taller de las mariposas", de Gioconda Beli y adaptado por la compañía Temblor de Cielo.

Finalmente la música del dj canadiense Kid Koala hizo vibrar a los antofagastinos en el Parque Croata, en donde mostró el talento de sus beats y scratchings mediante un recorrido por sus cuatro discos como solista.