"No hablaba y no quería nada, porque mi hijo había muerto..."
El doloroso recuerdo de la antofagastina que perdió a su hijo el 2011 y tras años de lucha judicial logró ganarle la batalla al Hospital Regional. En el recinto apelaron al dictamen del Primer Juzgado de Letras de Antofagasta.
Colette Araya (25) recuerda con profunda angustia la fecha que esperaba fuera la más bella de su vida. Esta antofagastina se encuentra en un agotador y extenso proceso legal en el que denuncia negligencia del Hospital Regional, por la cual perdió a uno de sus gemelos nonatos.
Según su descripción, su embarazo daba señales de un desarrollo normal y sin complicaciones hasta la fecha de los hechos. En ese entonces con 20 años, se atendía en la Clínica Antofagasta y en el Hospital Regional, asistiendo a sus controles regularmente como le eran ordenados, hasta que en la madrugada del domingo 13 de noviembre del 2011 -con 31(+3) semanas de gestación- fue ingresada a Maternidad (preparto del hospital) por un dolor constante.
"En la mañana me hicieron exámenes y me llevaron a una sala común. Como a las dos de la tarde empecé a botar líquido con olor fuerte y mi pareja llamó a la matrona y ella dijo que era rotura de membrana (…) Me devolvieron a preparto. Yo me revolcaba de dolor porque las contracciones eran muy fuertes y no las podía aguantar (…) A las cuatro de la tarde (domingo), el doctor me dice que voy a pabellón a las nueve de la noche. Yo sabía que tenía 31(+3) semanas, así que mis hijos iban a estar sí o sí en una incubadora porque eran pequeñitos. Y el doctor igual me lo informó, pero donde yo tenía dolores, tenía contracciones y aparte tenía la membrana rota, él decidió operarme", recuerda.
De acuerdo a su testimonio, ya ubicados en preparto, el facultativo le avisó que no la podía operar porque no había anestesista, así que la derivó a otro profesional que supuestamente llegaría con su propio equipo: "Me llevaron a pabellón. Llegó el doctor con todo su equipo, y me ve los bebés en una telecita chica y me dice: sabes qué, yo no me voy a arriesgar a operarte, porque tus bebés son muy chiquititos y se van a morir afuera de la guatita. Yo no te voy a operar".
Denuncia que la sacaron de pabellón mientras sus familiares preocupados intentaban saber qué era lo que ocurría.
Pasada la medianoche, cerca de las dos de la mañana, volvió a sentir dolores fuertes así que dio nuevamente aviso. Le administraron un supositorio que calmó la molestia. A la otra mañana (lunes) le hicieron una ecografía, con la que le señalaron que no era efectivo que había tenido una rotura prematura de membrana. En las horas posteriores volvió el dolor; una enfermera la examinó y ordenó que otra vez fuera a preparto, donde estuvo toda la tarde hasta que la devolvieron a sala común y le administraron otro supositorio para calmarla.
Urgencia
Su preocupación final llegó en la mañana del día martes -o sea más de dos días después de su ingreso- cuando sintió que sus bebés no se estaban moviendo. Recuerda que la matrona le puso el monitor y salió corriendo. "Sacaron a todas de la sala, y vino la doctora con la matrona y me dicen tu hijo tiene un latido súper débil y puede que muera adentro de la guatita... A ti hay que operarte de urgencia", describe en su relato aún con profunda emoción Colette Araya.
Molestos con la forma en la que estaba siendo atendida, su familia logró conseguir que fuera trasladada hasta la Clínica Antofagasta, donde entró de inmediato a pabellón.
"Han pasado cinco años pero todavía me da pena", continúa recordando entre lágrimas.
"Me acostaron y me decían que todo iba a salir bien (…) Me operaron, y salió mi hijo que falleció, Mathías (quien finalmente fue inscrito como Damián), y el doctor me dice tu hijo viene seco. Lo saca y se lo llevan, y siento cuando cae el líquido de mi otro hijo, Ethan, cuando rompió la bolsa".
Tras la intervención, se despertó y notó que todos sus familiares estaban en silencio y cabizbajos. Demoraron varias horas en darle la noticia... Recién al otro día le contaron.
"Yo no hablaba y no quería nada, porque mi hijo había muerto. Yo tenía una esperanza, había hecho un baby shower, y todo era doble. Todo lo que tenía era para ellos". Su bebé había muerto por una transfusión feto fetal (TFF), por pecho hidrópico y por una insuficiencia cardiaca, según le indicaron.
Le dieron el alta a Colette al día siguiente, cuando recién pudo ver a su hijo y se fue directo al funeral en el Parque del Recuerdo.
Indemnización
El 23 de diciembre del 2011 fue a poner la denuncia a la PDI por negligencia médica. Dos años después, el 2013, buscó ayuda con abogados y puso una querella criminal en la Fiscalía, donde comenzaron las diligencias de la causa. Hace dos semanas el Primer Juzgado de Letras de Antofagasta acogió la demanda condenando al Hospital Regional de Antofagasta Doctor Leonardo Guzmán, a pagar a Colette y su pareja por concepto de daño emergente una suma superior a los 4 millones de pesos. Además en lo referente al daño moral 150 millones, siendo 100 para la madre y 50 para el padre.
Consultados sobre el tema, en el mencionado centro de salud indicaron que lamentan profundamente los hechos acontecidos, agregando que "ante esto podemos decir que como establecimiento médico brindamos todas las atenciones correspondientes, cabe mencionar que la paciente en cuestión se retiró del recinto médico bajo su propia responsabilidad, ocurriendo los hechos acontecidos en un centro de salud privado de la ciudad".
Finalmente desde el hospital sostuvieron: "creemos que no existe ningún tipo de responsabilidad para la institución, por lo cual se hará uso del derecho de apelar respecto de la resolución del tribunal de primera instancia respecto al fallecimiento ocurrido de uno de los menores...".