La magia de crear alegra sus días y le entregan fuerzas para luchar
Por una década fue una activa dirigenta vecinal. Hoy volcó todo su tiempo al arte de crear con telares y crochet.
Al llegar a la casa de Sandra Viveros, de inmediato se experimenta un encuentro con un mundo lleno de colores que captura las miradas e irradia energía.
En las paredes de su antejardín cuelgan hermosas mandalas de distintas formas y colores. También hay telares que asombran con su inigualable belleza. Cada uno de ellos cautiva.
Pero lo que de verdad motiva, es saber que cada uno fue hecho por sus propias manos. Esas que siente bendecidas y que a través de su arte llena de amor cientos de hogares en la ciudad.
Su nombre es reconocido por muchos calameños. Por cerca de una década fue una activa dirigenta vecinal, de esas que casi ya no quedan y que marcó pauta en su sector.
Vive en la población Oasis Norte, sector al que llegó en compañía de su familia.
Ahí siguió escribiendo su historia, una marcada por altos y bajos. Por duros golpes que le ha dado la vida, pero frente a los que ha decidido no bajar los brazos.
Hoy sigue siendo esa mujer fuerte que más de alguna vez entrevistamos en su rol de presidenta de la junta vecinal.
El reencuentro no fue casual y se dio entorno lo que hoy la hace feliz. El arte a través del tejido, ese con el que hace maravillas con sus manos que a todos encantan.
La vida la ha puesto a prueba de forma dura en el último tiempo, pero ha sabido sortear estas penas a través de la magia de sus creaciones.
Los colores de sus lanas que la rodean a diario, le han permitido conocer a muchas personas e incluso reencontrarse con otras, como con nosotros.
No sabíamos de ella hace mucho tiempo, hasta que por las coincidencias de la vida la volvimos a encontrar en lo que ella más disfruta, la ayuda social.
En una tienda de lanas de la ciudad se instalaba cada mañana para reunir materiales para construir mantas hechas a mano para entregar a la familias damnificadas del sur.
Es que ayudar al prójimo siempre ha sido una de sus mejores cartas de presentación y es algo que con el correr del tiempo no ha cambiado en Sandra.
Hace un par de años hizo un curso de telar, nos comentó y desde ese momento el amor fue a primera vista.
Se dio cuenta que a través de esas creaciones realizadas con sus propias manos, podía entregar amor y un pedacito de ella en cada una de las prendas que confecciona.
La vida la ha puesto a prueba "pero yo siempre he tratado de sacar lo bueno, eso aprendí y me hace ser y estar muy feliz hoy día", nos comenta.
Su rostro avala sus palabras. Plena y llena de esperanza de que aún hay cuerda para rato.
Sufrió de una enfermedad complicada. Tuvo cáncer, pero eso más que detenerla, le dio energías para seguir luchando.
Las cosas del destino la hicieron alejarse de la dirigencia vecinal, esa donde asegura aprendió mucho y también consiguió grandes amigos.
"Como en todo, hubo cosas buenas y malas también. Pero me quedo con todo lo que aprendí y la gente buena que encontré en el camino. Entregué mi dedicación al máximo en ese tiempo, pero es una etapa pasada", explicó.
Hoy también es parte de Lanitas en Acción, un grupo de calameñas que a punta de crochet va en ayuda de quienes más lo necesitan.
Definitivamente Sandra no podía estar sin dar una mano a quienes estaban afligidos.
Se dio cuenta que con ganas y mucho amor se podían lograr grandes cosas. "El año pasado por ejemplo le tejimos todas las frazadas a un hogar de niños y eso nos llenó el corazón de alegría", relató.
Dice que todo lo malo vivido se borra cuando toma entre sus manos su lana, su crochet y comienza a crear.
Porque definitivamente sus manos tienen grandes dotes. Porque si bien es el tejido el que ocupa su mayor tiempo, son varios los tipos de anualidad que realiza.
"Hice un curso y después fui aprendiendo sola. Una de mis profesora una vez me dijo que necesitaba a una monitora y en ese momento con mucho nerviosismo acepté enseñar todo lo que yo había aprendido de ellas", comentó Sandra.
Ella misma reconoce que más que un trabajo o una forma de generar dinero, es estrechar lazos con la gente. "Esa que muchas veces va a los talleres no solo a tejer, sino que también como terapia. Que va a buscar a alguien que la escuche, que le dé una palabra de aliento o solamente le entregue un gran abrazo", dijo.
Sus trabajos siempre están llenos de lindos y hermosos colores, pero además, cada pieza tiene una parte de su cariño, ese que con el que se dedica por horas a tejer.
"Son muy pocas las personas que valoran las cosas hechas a manos. No comprenden o no logran dimensionar el tiempo y dedicación que significa pasar días enteros haciendo frazadas para que luzcan después en sus camas. Siempre se suele comparar lo que uno entrega con las cosas que se pueden encontrar en una tienda y no hay punto de comparación", reflexiona.
Y se entiende por completo, porque en cada tejido que hace se va un pedacito de ella con un poquito de su cariño.
"Es lindo ver que uno puede hacer estas cosas. Que uno puede enseñar para que otros aprendan y sobretodo, que vean que siempre se pueden adquirir nuevos conocimientos, sin importar la edad. No hay nada que los limite", enfatizó.
En cada espacio de su hogar hay lugares destinados para el almacenamiento de sus materiales, esos que por horas la hacen transportarse a un lugar lleno de tranquilidad.
Los malos momentos, la pruebas que le ha dado la vida, que la han golpeado en varias oportunidades, quedan atrás cuando una danza de colores inunda sus días.
"Cuando mi hija se fue a su práctica sentía pena, pero sabía que era algo que debía pasar y para estar bien tejía, con esa energía volcada cree cosas muy lindas", comentó.
A cada una de sus hijas entregó una frazada hechas por sus propias manos. "Quiero que sea la forma en que me recuerden cuando yo ya no esté. Así siempre me tendrán con ellos".
Una vía de escape, pero principalmente una forma de ayudar y ver que pese a alejarse del servicio social en la dirigencia vecinal, sigue presente ayudando a quien lo requiera.
Una mujer fuerte, que no se rinde y que a través del arte busca dar sentido a sus días, esos que llena de amor y color.