La historia de quienes protegen los mares de nuestra región
La LSG Antofagasta y la labor de la Armada de Chile en los más de 500 kilómetros que conforman el litoral de nuestra región. Desde la inclusión de la mujer a la labor de seguridad en las caletas y bahías más apartadas de la zona.
Mario Sánchez . - La Estrella
Camila Barros Montenegro tiene 28 años y está sentada sobre el asiento del piloto con el pequeño joystick que reemplazó a la ya vetusta rueda de barco. Como esa rueda, los tiempos al interior de las embarcaciones de la Armada de Chile han cambiado, hace algunos años esta institución de hombres dio paso a mujeres con las que saluda sus 200 años de vida.
Camila es la piloto de la Lancha de Servicios Generales (LSG) Antofagasta, la única embarcación de esta rama de las Fuerzas Armadas que lleva el nombre de la ciudad capital de la región homónima y que presta servicios utilizando como base el Puerto de Antofagasta.
Se trata de una patrullera de la clase "Protector", que presta servicios para nuestro país desde el año 2001, cubriendo una zona jurisdiccional que se extiende desde la desembocadura del Río Loa por el norte hasta Punta Carrizalillo, al sur de Taltal. En total 13 mil millas náuticas.
Camila no es la primera mujer en ser piloto de esta unidad, pero hoy es la única entre 11 hombres que forman parte de la dotación de la Antofagasta y para ella ha sido una experiencia más que gratificante. Como subteniente en la especialidad de litoral, tiene la oportunidad de ser parte de estas dotaciones y en futuro no muy lejano comandar una de estas lanchas, cuya finalidad es vigilar la seguridad de quienes trabajaban en estos cientos de kilómetros de costa.
Por ahora, la responsabilidad de comandar la LSG Antofagasta recae en el teniente 1° Fernando Diez, quien es secundado por el Tte. 1° Diego Aguilera, pero no es la única embarcación basada en la región.
Hay una lancha de acción rápida en el Puerto de Antofagasta, otra en Mejillones y dos más en Tocopilla y Taltal.
A esta se suma una lancha más pequeña, la Lancha Patrullera de Costa (LPC) Díaz, una de las últimas que aún surca los mares y que ya comienza su despedida del servicio activo, al menos como unidad de la Armada de Chile.
Patrullajes
La labor de estas unidades no deja de ser importante, como guardianes de la seguridad de la vida en el mar deben estar fiscalizando constantemente a todas las embarcaciones que surcan los mares de esta jurisdicción, lo que es muy complejo por la inmensa cantidad de kilómetros que ello significa.
A esto se le suma labores de acompañamiento de autoridades policiales y fiscalización de drogas junto a personal de la PDI y sobre todo monitoreo y salvaguarda de todo lo que tenga que ver con la Ley de Pesca y para ello se hacen acompañar de personal de Sernapesca.
Mujeres en la Armada
Para cubrir las inmensas áreas donde tiene jurisdicción esta patrullera es esencial pasar varios días navegando, lo que supuso un elemento en la vida de la institución, como fue la inserción de la mujer en la navegación y todo lo que ello conlleva.
Pero no ha sido un tema, según la propia subteniente Barros "Yo soy una miembro más de la tripulación y por lo tanto cumplo los mismos roles que cumpliría cualquiera en mi papel y desde mi incorporación a la dotación no ha habido ni un problema ni para mí, ni para el resto".
Lo mismo corrobora el comandante de la unidad, teniente 1° Fernando Diez, quien aclaró que como institución han hecho todo un proceso de normalización para que la llegada de la mujer a las unidades no sea visto como un problema, sino como algo completamente normal.
Armada
La labor de la Armada cubre varias tareas a lo largo del litoral, desde la seguridad de la vida en el mar, como elemento indispensable de las tareas emprendidas por las embarcaciones, hasta la fiscalización en tierra por parte del personal repartido en las distintas unidades que forman parte de la Gobernación Marítima de Antofagasta.
Y aunque Camila Barros es la única mujer en la LSG Antofagasta, no lo es en la región, donde se han insertado al quehacer de la labor particular y general que realiza la Armada a través de la Dirección General de Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar).
Ésta a su vez reúne a las capitanías de Puerto de Antofagasta, Mejillones, Taltal y Tocopilla, además de las alcaldías de mar de Antofagasta, Taltal y Mejillones, donde se potencia la presencia de al Armada con miras a efectuar un cumplimiento efectivo de la seguridad en el mar.
En términos generales Directemar, es el organismo de la Armada de Chile que cautela el cumplimiento de las leyes y acuerdos internacionales vigentes, para dar seguridad a la navegación, proteger la vida humana en el mar, preservar el medio ambiente acuático, los recursos naturales marinos y fiscalizar las actividades que se desarrollan en el ámbito marítimo de su jurisdicción, con el propósito de contribuir al desarrollo marítimo de la Nación.
En la región se han sumado más labores en el último tiempo a las ya realizadas por cada una de las reparticiones, así al menos lo deja en claro quien es su comandante, el capitán de navío (LT) César Cruzat, quien destaca que hoy además colaboran con Policía Internacional, Control de Drogas con la PDI y colaboran con el Servicio de Búsqueda de Vehículos de Carabineros.
Una enorme cantidad de funciones y tareas que por su naturaleza y quizá porque son realizadas fuera de la esfera de las actividades más comunes de cada uno de los habitantes de la región no dejan de ser importantes para el quehacer de la comunidad y la seguridad de las comunidades más alejadas de nuestro litoral.
Como sea, la Armada de Chile en estos primeros 200 años, se proyecta en la región como pilar para quienes conviven con el océano a diario. Desde las mujeres que pilotean poderosas naves, hasta quienes son responsables de las comunicaciones en la inmensidad del mar, la institución que forjó Prat se proyecta en cada puerto, caleta, bahía y poblado repartido en los casi 518 kilómetros que forman nuestra irregular geografía litoral.