Tejen para ayudar a bebés prematuros
"Pulpitos Solidarios Prematuros Antofagasta" comenzó en la ciudad para sumarse a una iniciativa global que crea muñecos que ayudarían al recién nacido en su desarrollo.
Hace más de 15 años Jonna Alfaro Dubó (30), psicopedagoga, comenzó a desarrollar una de sus grandes pasiones: tejer. Si bien durante todo este tiempo lo hacía sólo para relajarse y pasar sus momentos de estrés, hoy este arte la ha llevado a liderar un grupo de mujeres tejedoras llamado "Pulpitos Prematuros Solidarios Antofagasta".
Se trata de una iniciativa que nació en Dinamarca y que poco a poco comenzó a expandirse en gran parte de Europa y ahora en Chile, siendo Jonna la impulsora en la capital regional.
Junto al resto de las integrantes del grupo se dedican a crear muñequitos tejidos a crochet que imitan la forma de los octópodos, con tentáculos y todo, los cuales una vez finalizados son donados a unidades de neonatología para ser usados por bebés prematuros.
Estos pulpitos , según indica el proyecto 'Spruttegruppen' (el original en Dinamarca) servirían para que los pequeños los tomen y jueguen, como se piensa que lo hacen con el cordón umbilical cuando están en el útero materno. De esta manera no se tirarían ni arrancarían las sondas a las que están conectados, mejorando sus niveles de oxígeno en la sangre y sus latidos cardíacos.
¿cómo funciona?
Pese a que aún no existen estudios científicos que avalen la efectividad de estos muñecos, hasta la fecha Jonna y las mujeres tejedoras han entregado 20 pulpitos solidarios en el Hospital Regional y otros tres en la Clínica Bupa Antofagasta, los primeros de otros tantos que esperan hacer.
Desde la Unidad de Neonatología del Hospital Regional de Antofagasta, explican que el ambiente dentro del útero es el apropiado para la maduración del feto porque está protegido por el líquido amniótico; el cerebro está en su etapa de mayor desarrollo, sus sistemas maduran aceleradamente, pueden moverse, cambian frecuentemente de posición, crecen muy rápido y se sabe, por numerosas ecografías, que muchas veces el feto toca o incluso sujeta o juega entre sus dedos con el cordón umbilical.
Indican que al nacer antes de tiempo, todo este proceso se detiene y se enfrentan a un recién nacido prematuro; con todos sus sistemas inmaduros y sometido a un ambiente extrauterino lleno de factores estresantes como es el hospital, una incubadora, luz excesiva, ruido, múltiples procedimientos, alejamiento de su madre y una temprana despedida de su cordón umbilical.
"Debido a lo anterior, es necesario hospitalizar al recién nacido, el cual varía dependiendo de la edad gestacional, sus patologías y evolución, pudiendo extenderse de los dos días hasta incluso más de tres meses. Es importante destacar que durante todo este tiempo, la capacidad de adaptación y autorregulación del prematuro se ve sobrepasada, sobre todo por su inmadurez neurológica, y un niño que no logra autorregularse, no se adaptará ni se desarrollará de forma adecuada, teniendo una gran posibilidad de desarrollar secuelas a futuro en diferentes áreas del desarrollo", comentan desde la Unidad.
Asimismo, agregan que es normal que al no poder autorregularse busquen maneras de satisfacer sus necesidades con los medios presentes en el entorno y dentro de ellos están las sondas y las vías, las cuales pueden ser utilizadas por el bebé para jugar o sujetar de forma similar a cómo lo hacía en el útero su cordón umbilical.
¿Servirían entonces los pulpitos? Mencionan que "nuestro objetivo en la Unidad de Neonatología del HRA, apunta a crear un ambiente que permita al recién nacido prematuro organizar sus conductas de acuerdo a su edad y condición de salud para favorecer un desarrollo adecuado. Y una buena forma de hacer esto, es adaptar el ambiente hospitalario otorgándoles nidos de contención que simulan las paredes uterinas y pulpitos de ganchillo para devolverles de cierta manera el cordón umbilical que los acompañó durante tantos meses. Entonces, al estar entretenidos con los tentáculos, tienen menos posibilidades de intentar sacarse las sondas, vías o tubos endotraqueales que los mantienen conectados a los monitores de soporte vital".
En tanto la enfermera Jefe (s) de Pediatría y Neonatología de Clínica Bupa Antofagasta, Mónica Henríquez, expresa que "estos pulpitos llegaron hace aproximadamente tres semanas a la Unidad de Neonatología de la clínica. Los pulpitos que llegaron fueron tres, por ende seleccionamos a tres recién nacidos prematuros que se encontraban en condición estable hemodinamicamente y se los dejamos al alcance de sus manitos (...) Como Unidad creemos que se debe tener por un tiempo mayor la experiencia con los pulpitos para poder afirmar los beneficios que estos tienen".
Idea
La idea de los "Pulpitos Prematuros Solidarios Antofagasta" comenzó en abril de este año. Jonna cuenta que el día del Censo estaba viendo Instagram cuando se encontró con la idea.
"Vi la cuenta de una chica que había publicado un tutorial, entonces me metí a Youtube y empecé a ver cómo se hacían. Me puse los audífonos y empecé a tejer con cualquier lana para practicar y me demoré una hora y media en hacer el pulpo, ¡muy poco! Le saqué una foto y lo subí a mi Facebook y ahí todos preguntaban si los vendía. Les dije que no, que era algo solidario de Santiago, entonces dos niñas me dijeron que por qué no hacía un grupo y lo masificaba en Antofagasta", explica.
Agrega que habló con la joven encargada de la página en la Región Metropolitana y le preguntó si podía comenzar a hacerlo en Antofagasta. "La idea no era ser protagonista sino que sumarme a la campaña y ella me dijo que ningún problema. La prima de mi papá trabaja en Neonatología del Hospital Regional y ella logró hacerme el contacto con la matrona jefe".
Cuenta que al principio fue difícil, ya que si bien contaba con todas las ganas de hacer esta buena obra, no tenía el dinero para comprar el material. "No es tan barato, entonces, ponía en Facebook 'si alguien quiere donar voy a estar a tal día o a tal hora' y nunca llegó nadie. Luego pensé, quizás hay gente que quiere hacerlos, pero no saben cómo así que me conseguí un jardín para hacer un taller y tampoco llegó nadie, y dije no importa los haré sola y ahí me ayudó otra chica, Ivania".
Dice que cuando hicieron la donación al Hospital Regional recién comenzó a masificarse la iniciativa.
Jonna recalca que para hacer los pulpitos deben utilizar hilo 100% algodón porque tiene que resistir al proceso de esterilización (son lavados con agua a 60 grados, jabón o detergente neutro e hipoalargénico). Así también, para el relleno es necesario usar algodón sintético. "Se mete una gran cantidad en la cabeza del pulpo para que quede durita, entonces no se achurrasca y a la lana tampoco le pasa nada. Si fuera lana acrílica se achurrascaría y también si es lana tiende a tener pelitos que el bebé podría tragar y es dañino, entonces este material aguanta".
Las medidas también tienen que ser específicas: la cabeza puede medir entre 6 y 9 cm y el tentáculo hasta 22 cm, "por una cosa de seguridad, que el bebé no vaya a enredarse con los cordoncitos".
Donación
Otra de las mujeres tejedoras que decidió sumarse a la campaña que inició Jonna es Ivania Carrera, estudiante de Medicina. Menciona que es muy importante esta iniciativa "sobre todo por la ayuda social ya que la gente no está familiarizada con este tema, con los beneficios que puede tener (...) Me parece muy bien que más gente se esté sumando a la campaña; siempre va a haber gente que lo necesite y de verdad que toca el corazón porque actualmente hay muy poca preocupación por el prójimo".
Al igual que Jonna, su abuela le enseñó el arte de tejer, el que hoy junto al resto de las miembros de "Pulpitos Prematuros Solidarios Antofagasta" donan en el norte sin esperar nada a cambio.
"Dios nos da talentos y uno tiene que hacer cosas con esos talentos. Si yo tengo la facilidad de tejer tan rápido ¿por qué no hacer algo útil con eso? y si puedo ayudar a un bebé que va a tener un mejor bienestar o una mejor salud, eso es lo más bonito. Yo no tengo hijos, pero es independiente de aquello, es la empatía que se puede generar", comenta finalmente Jonna.