Así nació Arpevih, la agrupación que lucha contra el VIH
Elayne Leyton, su presidenta, comenta sobre la larga lucha que llevan para concientizar sobre los cuidados en nuestra región.
Elayne Leyton Pereira, Presidenta de Arpevih y persona viviendo con VIH por más de 19 años, es hoy una de las principales voces en la región de la lucha contra esta pandemia.
Dejó Chuquicamata donde nació en el año 54, para partir a sus 7 junto a su familia a vivir a Antofagasta. Recuerda una vida familiar plena, con el enorme cariño de los suyos, los mismos que ya pasados sus 30 años la vieron casarse con un amor de su adolescencia.
Él, marino mercante, vivió muchos años en el extranjero; ella, una mujer independiente, luchadora y dueña de un carácter y empuje únicos, que con los años le ayudaron a enfrentar una larga batalla.
"Él era una persona diferente, muy especial, humilde, amable. Nos enamoramos y estuvimos juntos cuatro años, hasta que se enfermó", recuerda.
Supo que el virus de la toxoplasmosis era el responsable de que su esposo quedara repentinamente hospitalizado, cuidados que lamentablemente solo duraron nueve días. Luego de eso su compañero de vida falleció.
Pero su dolor estaba lejos de desaparecer. Elayne recibió la confirmación de los resultados tras el deceso de su marido, el diagnóstico: Sida.
"Entró caminando al hospital, en la tarde estaba semi inconsciente, al otro día en coma y a los 9 días, fallece. Yo creo que él no se dio ni cuenta de que se murió, fue todo muy rápido", cuenta.
Posteriormente la notificación llegó a ella, convirtiéndose así desde ese momento, en una persona viviendo con VIH. Relata que lo importante no era lamentarse si no accionar rápidamente para no llegar a la etapa SIDA. No existía equipo médico especializado, ni tampoco mucha información.
Comenzó de inmediato -en ese mismo año 97- a conocer otras realidades. Fue así que cruzó caminos con Guillermo Moreno Walker, con quien forma lo que hoy es la Agrupación Arpevih de Personas Viviendo con VIH/SIDA de Antofagasta.
Empezaron a investigar los datos de otras personas, yendo de casa en casa con la idea de dar contención y apoyo. El tratamiento en Chile era altamente costoso, unos 800 mil pesos, por lo que en el caso de Elayne se tuvo que hacer una cruzada solidaria entre compañeros de trabajo y familiares para adquirir el tratamiento.
Aprovechó varias instancias para asistir a seminarios y charlas relacionadas con la temática para de esta forma no sólo ayudarse a sí misma, sino a todos los que hubieran adquirido el virus. Un año más tarde, en 1998, funda ya definitivamente la agrupación que hoy lidera.
"Las políticas públicas, nunca han considerado los derechos de las personas viviendo con el virus, como algo inherente al ser humano, sino que han funcionado desde las diversas demandas que las organizaciones han accionado a través del tiempo (...) La gente se está muriendo de Sida igual, porque no quieren asumir, ni atenderse arriesgándose a contar y que todos sepan de su enfermedad", advierte.
Hoy se encuentran funcionando con voluntarios sensibilizados con esta lucha social, concientizando sobre el uso correcto del preservativo y la importancia de realizarse el examen de VIH en la región.