Aquí Radio Bahá'i
Setenta kilómetros a la redonda puede cubrir la única radio que tiene la fe Bahá'i en Chile, una religión que no tiene más de 6 mil creyentes en el país y que instaló su frecuencia AM en Labranza, pueblo de la Araucanía desde donde transmite programación bilingüe español-mapudungun a las comunidades indígenas, para contarles de las enseñanzas de Bahá'u'lláh, su último enviado de Dios en la tierra.
La gastada radio National Panasonic DR 28 (fabricada, según los entendidos, antes de 1979) que suena bajito sobre una mesa en la entrada de una casona es la que comprueba que esté al aire la Radio Bahá'i en el 1160 AM de Labranza, lluvioso y verde poblado distante a 15 kilómetros de Temuco. Si del antiquísimo aparato lleno de perillas y números sólo saliera el metálico sonido del éter chirriando, es porque probablemente se haya cortado la luz o sean más de las tres de la tarde, hora en que cierran las transmisiones de la única radio en Chile que enseña la fe Bahá'i.
Es casi mediodía, y la canción "Paloma de Paz" que suena en la DR 28 se interrumpe con el sonido de lentos acordes de guitarra con la voz de una mujer. Fernando Lemuñir (38), director de la radio, acaba de acercarse al computador para clickear en un archivo que corta el tema de Rosa Santillana para cumplir con la oración del mediodía,una de las obligaciones de todo Bahá'i. La grabación explica que se debe conversar con Dios de pie, mirando a la salida del sol en dirección a la tumba de Bahá'u'lláh. Un silencio, y otra voz en mapuzugun (o mapudungun) recita:
"Iñche kimnien Awem Günechen eymi ta elkünuen tami kimafiel ka poyeafiel. Mupin fewla tañi yafugenun ka tami newen gen. Tañi kuñifal tulen ka tami ülmen gen ka gelay Günechen Eymi müten, keyukelu ta kuñiw zugu mew kizu moñelu-ukülelu"*
Suenan largos soplidos de una trutruca.
La fe Bahá'i es relativamente nueva y tiene su origen en Irán. Era 1844, y un día el comerciante Seyyed Alí Mohammad anunció ser el "Bab", la puerta que abriría el paso al enviado de Dios. Si hiciéramos una comparación con el cristianismo, el Bab sería algo así como Juan el Bautista, quien anticipó la venida de Jesús. En Persia las furiosas autoridades islámicas fueron detrás del Bab y sus prédicas y terminaron matándolo en 1850.
Bahá'u'lláh vino después. Pariente de la lejana familia imperial persa, el hombre era seguidor del Bab y un día de 1852 lo fueron a arrestar. Como castigo, lo tiraron a un pozo negro donde pasó cuatro meses y ahí le vino una revelación divina que terminó con Bahá'u'lláh anunciando a sus seguidores que él era quien había sido prometido por el Bab.
La doctrina -dice Lemuñir- está basada en el concepto de unión. Habla de un solo Dios y busca la unidad de las religiones de todo el mundo en torno al mismo Creador, igualdad entre hombres y mujeres, paz entre la raza humana y la libre investigación de la verdad, razón por la cual no predican. No hay sacerdotes ni pastores. Tampoco fuman ni toman. Y si aparece otro enviado de Dios por acá, habría que esperar hasta después de 2844, cuando hayan pasado mil años desde que Bahá'u'll'ah fuera anunciado.
Los Bahá'i llegaron a Chile a principios del siglo XX y se hicieron nacionalmente conocidos hace un par de años cuando levantaron un enorme templo que asemeja los pétalos de una flor en las alturas de Peñalolén para los cerca de 6 mil creyentes que aproximadamente tienen en el país. También tienen tres escuelas y una sola radio, la 1160 AM de Labranza.
La casona está rodeada de árboles siempre húmedos de esa lluvia sureña que cae tan de improviso que uno no se da ni cuenta en qué momento se escondió el sol. En el antejardín están los anillos de nueve puntas, que simbolizan los nueve profetas que para los Bahá'i fueron la manifestación de Dios en la tierra: Abraham, Moisés, Krishna, Buda Gautama, Zoroastro, Jesucristo, Mahoma, el Bab y Bahá'u'lláh. Atrás del patio está la antena que lleva la frecuencia de la radio a unos 70 kilómetros a la redonda, desde Galvarino por el norte hasta Gorbea por el sur y, de cerro a costa, a Carahue y Vilcún. En Puerto Saavedra también se escucha, pero apenas.
¿Por qué los Bahá'i quisieron venir a poner una radio entre los muchos cerros y bosques de la Araucanía profunda donde hasta hoy sólo llegan dos canales de televisión? Fernando Lemuñirdice que recuerda que en la inauguración, en 1986, a la transmisión inicial llegó gente de las comunidades mapuche del interior, en carreta, unos pocos en auto, muchos caminando. Uno de los principios de la fe Bahá'i, cuenta, es la preservación de las costumbres de los pueblos originarios y por eso su programación está enfocada en los mapuche. De ahí que la oración de las 12 sea en mapuzugun, por ejemplo. Las radios Bahá'i que están en Bolivia y Panamá también tienen esa misión que les encomienda la Casa Universal de Justicia, el máximo consejo de la fe que está en Haifa, Israel.
-Y hay una promesa que dice que si los pueblos indígenas o nativos llegan a recibir una educación espiritual, son los que van a iluminar el mundo.
Lemuñir nació en Maquehua, al interior de la provincia de Cautín. Cuando era chico iba de oyente a iglesias pentecostales y católicas pero no le gustaba la disciplina que tenía cada templo. Un día su hermano fue a cantar a la radio Bahá'i y el pastor se enojó. Mucho reto, mucha llamada de atención y al final Lemuñir se aburrió.
-Era mucho en contra de nuestra cultura no estaba en la línea de lo que uno quería encontrar. Como que no podías participar de un nguillatún. La machi para ellos era como alguien extraño.
-¿Cómo se condice la fe Bahá'i con la cosmovisión mapuche?
-Yo no veo tanta diferencia. La fe Bahá'i viene a fortalecer nuestra identidad cultural. En el mismo tema de la oración, la fe habla mucho de la importancia de la comunicación con nuestro creador (Ngenechen). La fe dice que tiene que ser la oración en el alba, cuando están las energías positivas, y nuestra cultura también lo hacía muy temprano.
En la fe Bahá'i, Dios, Alá o Ngenechen son lo mismo. Lemuñir puede seguir yendo a los nguillatún o a un palín porque ninguna parte de la fe se lo prohíbe. Y acá, en la radio, uno de sus propósitos es mantener viva la lengua y la cultura mapuche que se fue perdiendo con la entrada de elementos extraños como la tele. En el último tiempo nuevamente ha tomado fuerza la celebración del We Tripantu, pero "son muy pocos los niños que hablan el idioma y que vienen de las comunidades", dice.
La programación funciona así: de 6.30 a 7 suena música inspirada en los Bahá'i, de 7 a 8.30 música mapuche y hasta las 12 -hora de la oración- suena música popular. Hasta las 14 suena música mapuche y entre 2 y tres, música folclórica nacional y regional. Hay dos programas en vivo, uno en la mañana que hace Fernando Lemuñir y otro a las 12 que conduce Verónica Curihuinca, el Bilingüe a Mediodía.
En la radio está sonando "Corazón de Poeta" de Jeanette, un tema que hizo furor el año 81.Como el enfoque está en los mapuche, se toca mucho Azul Nahuel o Nancy San Martín y también hay kultrún y trutruca en otro estudio donde se puede hacer música en vivo. En la radio se puede tocar de todo, menos las canciones que no tengan un ticket de aprobación en el listado de temas que acompañan los cientos de vinilos, casets y CDs que están en el archivo. Unas pasan la revisión, otras no. Nada que tenga que ver con alcoholismo o violencia pasa la prueba.
-La fe Bahá'i está en contra de la violencia.
-Sí, la fe Bahá'i habla de la consulta. Y el pueblo mapuche habla del diálogo, de la conversación. La fe habla mucho de tener una consulta, de no llegar a la violencia.
El campo Bahá'i es grande. Tanto así que cabe la casona de la radio, la habitación donde vive Lemuñir con su familia y el Instituto donde se junta la veintena de fieles que hay en toda Labranza. Ya pasaron las doce y desde afuera del instituto se siente el agradable olor a comida que se prepara dentro para la hora de almuerzo. Sólo hay una persona sentada, pero al rato, afuera se estaciona un auto con más gente invitada a la cita.
La reunión se hace adentro, en la pieza más amplia del instituto donde hay 25 sillas escolares reunidas en un perfecto círculo con un florero adornando una mesita de centro. En el costado hay un armario con tres repisas llenas de libros relacionados con la fe Bah'ai que van desde "Contestación a unas preguntas" de Abdu'l-B ahá (hijo de Bahá'u'llah) hasta el Kitáb-i-Aqdas, su libro más sagrado. Un letrero advierte a los interesados en los textos que se los pueden comprar a Pedro Muñoz Vera (64), profesor porteño que se vino a los 19 al sur como "pionero" o "maestro viajero" para ayudar a difundir.
-El desafío de la fe Bahá'i es la unidad, todo se vuelve uno. Un Dios. Como hay una sola humanidad, que es la raza humana, ahora los hombres, los dirigentes religiosos la hemos dividido. El caso del cristianismo, cuando apareció Cristo en el mundo. Él no estableció protestantes, católicos, metodistas, mormones, testigos de Jehová, etcétera. No dijo eso.
Como Fernando Lemuñir, que en la mañana está en la radio y en la tarde en una escuela, Pedro Muñoz comparte su tiempo entre un colegio de Temuco y apoyar en las dos escuelas Bahá'i que hay por acá, una en Bollilco y otra en Rulo, cerca de Nueva Imperial. Ahora está esperando que llegue más gente para empezar la reunión que iniciará la fiesta de los 19 días, una de sus tradiciones. Ahí entre todos conversarán, cantarán, compartirán su fe, sin líder ni pastor que los guíe, sólo lo que vaya fluyendo entre ellos con el sonido de la lluvia cayendo en el techo. Afuera, en la puerta de la radio, hay una inscripción que sigue igual desde el 86, con una cita de Bahá´u´lláh: "La tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos".