El refugio que busca rescatar a las aves sin hogar y enseñar su cuidado
Hace un año que Cristian Herrera habilitó este recinto para que la comunidad pueda conocer a las especies, sin costo.
Hace un año Cristian Herrera comenzó un trabajo que pronto se convertiría en más que un hobbie o pasión, una misión, impulsada por su cariño hacia los animales.
Cristian es conocido por su nombre artístico de "Mago Konstantino". En este mundo de la magia, un día fue testigo de cómo un colega realizó un número en el que utilizó una paloma entrenada. Ésta iba y venía cuando el artista le llamaba. Habían generado un vínculo y eso le llamó la atención.
Fue así que por iniciativa propia Cristian fue adquiriendo aves y armó un aviaro en su casa del sector Coviefi, generando cercanía con sus mascotas.
Pero la idea fue ir más allá, porque Herrera quería que todos tuvieran la oportunidad de conocer las diversas especies de aves que se encuentran en este espacio y aprender sobre su cuidado responsable. Así nació Refugio Plumas de Colores, en el que se pueden organizar visitas sin costo en el Facebook del mismo nombre.
"Además del adiestramiento de aves, dije ¿por qué no hacemos un refugio para aves? porque todos piensan en mascotas como perros o gatos, pero nadie piensa en mascotas aves. Además, no hay un lugar donde tú puedes ver esto", comenta Herrera.
Así nació el refugio, cuyo trabajo se basa en tres aspectos fundamentales: acoger, cuidar, preservar y educar.
Poco a poco comenzó a acumular varios plumíferos, varios de ellos rescatados por personas que se los encontraban o bien, acogió a aquellos que no tenían un hogar. El año pasado recibieron siete aves de esta forma.
Hoy Herrera tiene 35 aves, entre las que se encuentran caturras, un canario, inseparables (agapornis), ninfas, rosellas, palomas colipava, diamantes o manón, entre otros.
Mientras le daba forma a este refugio, en los que algunos de sus aviarios fueron donados, Cristian comenzó a investigar sobre cada especie, sus nombres, cómo viven y todos los cuidados que deben tener. Además, trabaja junto a un veterinario para mantener la salud de los animalitos.
De esta forma, Cristian tiene el mismo vínculo con sus aves, que cualquiera lo tendría con un perro, por ejemplo.
"En lo personal me gusta hacer cosas que los demás no hacen. Yo tengo un perro y lo sacó, le silbo y viene. Pero cómo se podía hacer eso con un ave. Me intrigó eso....Cuando vi a mi amigo dije que esto es increíble", dice sobre el nacimiento de esta idea.
"Son mascotas súper entretenidas. O sea, si tú te quedas acá (se ubica frente a la jaula) tú te puedes dar cuenta cómo se cortejan, cómo se dan besos, comen juntas o cómo cantan... y después dije cómo le puedo dar esto a un niño que tal vez no ha tocado nunca un ave o que quiera conocer una", añade.
En una segunda sala de este refugio, Cristian toma a una de sus rosellas y a su compañera, una cacatúa ninfa. En este lugar están completamente libres y las aves han desarrollado tal cercanía con el hombre, que a su voz logran volar y posarse en su dedo. Otras veces se quedan en su hombro. Pareciera ser que incluso existe una relación de compañerismo, cuya escena termina con él alimentándola en su mano.
Si bien la entrada es gratuita hasta el recinto, la gente le agradece con donaciones, sobre todo con alimento, aunque también maneja colaboración junto a La Vega de la Coviefi para comprar maíz para las aves o verduras para los conejos que también tiene en este espacio.
Así, las visitas guiadas les ha permitido intercambiar experiencias con niños o con quienes son cuidadores de las mascotas emplumadas.