Veintena de voluntarios dejaron impecable la Mano del Desierto
Exitosa labor de limpieza tuvo como misión quitar los rayados que se viralizaron por redes sociales.
Con la participación de 20 voluntarios de la Corporación Proa finalizaron las tareas de mantención de la Mano del Desierto, escultura de Mario Irarrázabal que sufrió serios daños por la acción de un grupo de desconocidos que la rayó e hizo una fogata en la base de la obra representativa de Antofagasta.
Esta tarea de limpieza estuvo marcada por la alegría de los voluntarios que colaboraron en el hermoseamiento de la estructura y la participación de turistas que -al ver el trabajo de los voluntarios- no dudaron en sumarse de inmediato a las tareas de restauración.
De allí que la directora ejecutiva de Proa, Pamela Ramírez, destacó el entusiasmo de quienes participaron de la actividad en que "antofagastinos de todas las edades e incluso visitantes se dieron a la tarea de resguardar este ícono de Antofagasta que nos representa y proyecta el nombre de la ciudad hacia otros rincones del país y del extranjero".
Agregó que si bien esta escultura es mantenida normalmente en trabajos que se realizan dos veces al año, en más de una ocasión ha tenido que recibir reparaciones adicionales por daños ocasionados por la acción de terceras personas.
Hay que recordar que el 2014 fue rayada totalmente desde la base hasta sus falanges y al año siguiente la Corporación encontró un importante forado, que tuvo que ser reparado inmediatamente en la estructura de ferrocemento.
Turistas
La familia Ramírez García de República Dominicana se encontraba de paso por la ciudad y quiso adherirse al trabajo que se estaba haciendo en la ruta Panamericana Norte.
Carlos Ramírez manifestó que esta experiencia de limpiar este símbolo de Antofagasta "demuestra que se está cuidando la cultura y dando un mejor trato a la identidad y el patrimonio".
Similares palabras tuvo Mercedes Ramírez, quien destacó que es una falta de respeto para quienes hicieron este hermoso trabajo. "Es necesario cuidar esta obra, nosotros somos extranjeros de paso por el país y nos dio tristeza ver el daño que le habían hecho a la escultura", cerró la joven dominicana.
Las tareas de limpieza se concretaron a una semana que la escultura fuera rayada y dañada por un grupo de desconocidos.
Este es el primer trabajo del 2018 de la Corporación Proa y se sumarán otros proyectos, que durante el año saldrán a la luz.
Obra ícono de Antofagasta
La Mano del desierto es una escultura ubicada a 75 kilómetros al sur de la ciudad de Antofagasta, a un costado de la Ruta 5 Norte o Panamericana. Fue construida por el escultor chileno Mario Irarrázabal a 1.100 metros sobre el nivel del mar, en base en hormigón armado y posee una altura de 11 metros. Fue inaugurada el 28 de marzo de 1992 y su construcción fue costeada gracias aportes de la Corporación Pro Antofagasta y su mantenimiento corre por parte de la misma corporación, que realiza constantes operativos de limpieza porque la escultura ha sido constante blanco de grafitis.
Según su autor, cada visitante a la Mano del Desierto puede darle su propia interpretación del significado de esta escultura. Algunos dicen que es la ciudad despidiéndose del viajero. Según otros, representa a las víctimas de la injusticia y la tortura durante el periodo 1973-1990.