Cartas
Reflexión política
Señor director:
Desde los tiempos de la conquista de América, descubrimiento de Cristóbal Colón, gracias al auspicio de Isabel la Católica, reina de España, el objetivo principal era evangelizar a los habitantes de estas nuevas tierras. De allí nació el cristianismo en nuestro continente y posterior al reinado de España los pueblos europeos, también se preocuparon del cristianismo y fue así como en los pueblos de América, igual que en Europa, nació en materia política la Democracia Cristiana. Las manifestaciones religiosas en todo el continente americano dan fe de lo expuesto.
En nuestro país la Democracia Cristiana tiene un gran papel que jugar. No es un partido confesional, pero sus principios se basan en la encíclicas papales. Respetuoso de los principios de libertad, igualdad y fraternidad consagrados en la Revolución Francesa y los sacerdotes como el padre Miranda en Inglaterra, adoctrinaron a los jóvenes hijos de españoles que iban a estudiar para que lucharan por estos principios y la libertad y la independencia de los pueblos de América.
Como exfalangista y fundador de la Democracia Cristiana en Chile y exdirigente en la I y II Región, pienso que la derrota sufrida en las últimas elecciones presidenciales no es porque el pueblo chileno no sea cristiano, sino porque la mayoría de los chilenos, trabajadores e independientes, tanto manuales como intelectuales, están cansados de la demagogia en los años que llevamos y hemos sufrido una tremenda traición.
Todos se enjuagan la boca con la palabra izquierda, sin embargo en los años que han tenido el poder sólo se han preocupado de sus beneficios personales, y no se ha cumplido con el pueblo, que indignado lo manifestó en la segunda vuelta de la última elección.
La Democracia Cristiana en Chile solo pretende una auténtica justicia social para que los trabajadores, tengan participación en la dirección de la empresa y en el reparto de utilidades y en todo lo demás, que las palabras de Jesús: de amarse los unos a los otros (empatizando) se haga realidad.
Por lo tanto, sin dejar de agradecer a los que han tenido el poder, con virtudes y defectos, hago votos para que el actual Gobierno recoja todas estas inquietudes para felicidad no solo de los que detentan el poder, sino la de todos los chilenos que seguimos en materia política las aspiraciones de un gran maestro: Jesús. Sin desconocer el aporte de grandes personalidades en lo que respecta a los valores que deben existir en la comunidad mundial.
Atentamente,
Jorge Raúl Díaz Pacheco