Familia Vejar Ancaten: una historia de cómo renacer desde las cenizas
Las creadoras de "DivertiLoa" nos contaron cómo nació este emprendimiento y cómo han crecido en el tiempo a punta de trabajo y esfuerzo familiar.
Quizás usted los ha visto en más de alguna oportunidad y ha querido subirse a uno de los botes que se encuentran en el Parque El Loa de Calama.
Quizás usted no sabe que este negocio familiar ya tiene ocho años entreteniendo a la gente y no tiene idea de la historia de esfuerzo y superación que hay detrás de este proyecto, que nació después de una trágica noticia que los hizo tocar fondo.
Historia
Teresa Ancaten, junto a su hija Paulina Vejar, han levantado a esfuerzo personal lo que es hoy DivertiLoa, un espacio de entretención familiar con botes para pasear por el río, además de otras divertidas instancias especiales para los más chicos de la casa.
Pero este negocio fue complicado para esta madre y su hija, ya que primero debieron pasar por un triste momento que los dejó por el suelo, la extraña muerte del esposo de Teresa Jaime Vejar el 31 de octubre del 2008, les iba a cambiar la vida totalmente.
A pesar que Vejar no tenía un mal trabajo, debido a que la investigación estaba en curso, quedaron literalmente sin plata en esta familia. De hecho el caso aún no ha sido resuelto del todo.
Fue así, como tocaron fondo esta madre e hija. Junto a su hermano mayor trataron de salir adelante con la ayuda de algunos familiares, porque como pasa en casos que ya no tienes recursos, desaparece la mayoría y se quedan los amigos y familiares que son de verdad.
Con esfuerzo, juntaban dinero para poder comer, los dos hijos de Teresa iban a estudiar, tenían que caminar grandes distancias, porque no había dinero para locomoción, pero lograron salir adelante y hoy ambos son profesionales.
Y así, cual ave fénix resurgieron, gracias a una imagen y pregunta sencilla que se hizo así misma Teresa cuando paseaba por el Parque El Loa, ¿Algo le falta a este lugar? Se preguntó y así nace la idea de poner botes navegables en el Parque El Loa.
"Empezamos con dos botes chicos que mi hija los fue a buscar a Antofagasta, en una camioneta que nos prestaron y gracias a eso pudimos juntar plata para comprar otro juego, aquí ha sido todo con mucho esfuerzo", contó Teresa Ancaten.
No fue fácil, de la administración del negocio quedó a cargo Paulina, es ella quien dirige todo, ya que Teresa en ese tiempo también estuvo dedicada a su niño más chico, que hoy tiene 17 años y a seguir con la causa por la muerte de su marido, por lo que divide sus tiempos.
Crecimiento
Así fueron creciendo en el negocio, la gente disfrutaba de ir a dar una vuelta en bote en familia, los niños se entretenían, por lo que fueron ampliándose.
Reconocen que fue complicado, las tarjetas soportaban mucho, varias cuotas mensuales para comprar camas elásticas, taca taca, y los toldos, que es lo más caro de todo nos cuentan.
Pero así fueron agregando entretenciones en su negocio, las familias cada vez más los prefieren por sus actividades al aire libre, donde pueden sacar a los niños de los juegos, de la televisión.
Hoy son muy agradecidas de la Corporación de Cultura y Turismo que desde siempre los han apoyado. Ahora con la nueva administración han conseguido avanzar mucho, porque se sienten parte del Parque, ellas dicen que son parte de Calama.
"Aquí la nueva administración ha invertido mucho, tiene el parque muy bonito, por lo que esperamos seguir, porque siempre estamos invirtiendo", indicó Teresa.
Claro que deben invertir, el viento y la tierra en Calama son grandes problemas, por lo que ya están renovando las camas elásticas, que con el sol se echan a perder muy rápido.
Pero eso es parte del crecimiento "y a medida que los permisos municipales se iban dando, comenzamos con una cama elástica, después compramos otra y así hemos ido", apuntó Paulina Vejar.
Negocio seguro
Si de algo que se han preocupado en DivertiLoa, es de la seguridad de todos quienes van a visitarlos, donde hay algunos que son habituales, que se han transformado casi en amigos de Paulina y Teresa.
Muchos que ven este momento junto a su familia que es de verdadera entretención y que los niños disfrutan mucho.
Paulina nos cuenta que siempre se han preocupado de que los niños puedan estar tranquilos jugando, "porque tenemos camas elásticas separadas, individuales, no hay riesgos porque tenemos personal que siempre está colaborando".
Es tan seguro todo, que también es inclusivo, a los botes y a los distintos juegos pueden ir niños con capacidades diferentes, si usan silla de ruedas, no es un impedimento para que puedan divertirse arriba del bote o de otros juegos.
En el lugar con la seguridad que existe, hay una preocupación también con el tipo de música que se pone por los parlantes. Paulina nos comenta que "tenemos un parlante con solo música para niños y movida, pero no hay reggaeton o algo que pueda perjudicar la imagen de nadie, porque es un lugar familiar, donde también ponemos música andina".
El costo familiar
Paulina en la actualidad es madre y tiene un hijo de 4 años que depende de ella. Los fines de semana y el trabajo les hace complicado poder estar en otras actividades, cumpleaños, navidades o año nuevo, pero es parte del costo familiar.
"Aquí más que un sacrificio físico, es un sacrificio familiar, es un costo grande no poder compartir el fin de semana, pero somos muy agradecidas de dios que nos dio esta oportunidad, ya que estamos solos acá, porque nuestra familia está en el sur".
Para Paulina no ha sido fácil, está luchando contra un cáncer de mama que le descubrieron y ha tenido que viajar a Santiago para el tratamiento, operaciones y otras cosas, por eso lo que han vivido siempre ha sido de esfuerzo, de pelear y luchar contra lo que venga, porque a pesar de que no son calameñas, son muy agradecidas de la ciudad que ellas llaman "Tierra Bendita", porque a pesar que les ha quitado, les ha dado mucho y eso ellas lo comparten con todos sus clientes.