En la Villa Chica se vivió la fiesta del año nuevo indígena
Un éxito fue la realización de "Inti Raymi", una celebración en la que más de 500 personas participaron de esta tradicional actividad de pueblos originarios, con una muestra de bailes y oferta gastronómica de comida típica.
Ricardo Muñoz Espinoza
Al Sol, nuestro astro rey. A él, fue dedicada la fiesta que se realizó durante el fin de semana en la población Villa Chica, en el extremo norte y alto de Antofagasta, en celebración del año nuevo de los pueblos originarios.
"Inti Raymi" es el nombre de la fiesta del Sol que se llevó a cabo, gracias a la organización que tuvo el grupo de dirigentes de esta población y también los habitantes de los campamentos que se ubican en el sector cercano a la unidad vecinal, más el apoyo por parte de la Seremi de Cultura.
Debido a que muchos de los de los campamentos de la zona son habitados por extranjeros, quienes además cuentan con ascendencia indígena, es que se decidió llevar a cabo esta iniciativa por primera vez, como una forma de mantener vivas las tradiciones ancestrales de los pueblos latinoamericanos.
Así, el sector de la cancha que se encuentra en la intersección de las calles Irarrázaval y Pasaje Huantajaya, durante más de siete horas se transformó en el epicentro de la ceremonia de ofrenda ancestral del solsticio de invierno, con cánticos, bailes, más de 20 stands de degustación de comida típica y todo lo relacionado a las culturas originarias de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Chile.
La organización, coordinada por el presidente de la Junta de Vecinos de la Villan Chica, Franz Peralta, realizó un balance bastante positivo y por lo que prácticamente será algo obligado repetir el próximo año esta actividad, en la cual también estuvieron las autoridades del Gobierno Regional, encabezadas por el intendente Marco Antonio Díaz.
"Todo resultó excelente y participó mucha gente. Llegó también el señor intendente Díaz, quien dijo que ésta había sido la fiesta del Inti Raymi más grande de Chile, en la que participaron más de 500 personas", comentó Franz Peralta.
El dirigente vecinal añadió que "cada stand representaba la cultura de su respectivo pueblo, con artesanías o platos típicos. Se hizo todo el ritual de la abundancia y la entrega de ofrendas a la Tierra, como frutas o vino. La gente quedó fascinada, muy contentos, saliendo a bailar más de una veintena de bailes típicos".
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