El "Roswell chileno": a 20 años del ovni de Paihuano
En 1998, el caso revolucionó a residentes, ufólogos y medios de comunicación. El pequeño pueblo del Valle de Elqui se convirtió en uno de los "puntos calientes" del país. Hoy se sigue analizando y recordando este extraño episodio.
Néstor Flores
Casi a la altura de La Serena, a pocos kilómetros de la frontera con Argentina, en el Valle de Elqui, se encuentra Paihuano que en Mapudungún, quiere decir 'cielos tranquilos'. Pero la paz de sus cielos se vio abruptamente golpeada un 7 de octubre de 1998, cuando un misterioso artefacto impactó en sus suelos.
La historia de los hechos parte esa misma mañana, cuando la neblina de las colinas desapareció con más velocidad de lo acostumbrado. Tras esto, el día avanzó con normalidad. Pero a pocos minutos de las 16 horas, frente a decenas de testigos, un objeto se estrelló contra una de las colinas adyacentes al pueblo, el llamado cerro Las Mollacas.
Quienes observaron lo acontecido declararon que aquello no era una roca ni un meteorito. Tampoco un avión. Eran campesinos, profesores, dueñas de casa, un par de vendedores, funcionarios municipales y dueñas de casa. Describieron el objeto de la colisión como de forma cilíndrica, de color gris plateado.
Fueron estos mismos testigos quienes complementan las observaciones diciendo que el cilindro se habría partido en dos. La mitad inferior se deslizó varios metros cerro abajo, mientras que la superior habría quedado algo incrustada en la tierra, casi en la cima.
Las versiones
De allí en adelante, surgen numerosas versiones de lo ocurrido. Algunas dicen que, minutos después del impacto, el pueblo se vio invadido por incontables vehículos policiales. Paihuano quedó bajo un estricto control militar. Nadie podía salir ni entrar al pueblo.
Otros dicen que quienes se habían acercado a la zona del desastre, fueron de inmediato alejados.
Ellos se habrían llevado un enorme objeto metálico a bordo de una rampa, y varios trozos de menor tamaño. Algunos, incluso, pudieron ver bajo la lona el interior de la nave, donde asomaban dos cadáveres extraterrestres de no más de 1,40 metros, piel casi blanca con finas escamas, un traje negro ceñido a la piel y una máscara que les cubría desde la nariz hasta la parte superior del cráneo.
¿qué pasó?
Arturo Gómez, astrónomo del observatorio cerro Tololo, explicó en su momento que el misterioso ovni de Paihuano era, en realidad, "un bólido, es decir, un meteoro que no impactó en la superficie terrestre, sino que se rompió o estalló en muchos pedazos en la alta atmósfera, acompañado todo esto de un gran estruendo y luminosidad", y descartó que se tratase de un objeto artificial. "Debido a la velocidad de ingreso, estos aparatos no explotan ni producen ruido ni luminosidad, sino que se queman sin mayor espectacularidad".
Desde ese momento, nada anormal sucedió en Paihuano, salvo decenas de especulaciones y un curioso turismo ufológico, que se incrementa. Las teorías de un meteorito, una nave secreta estadounidense o un platillo volador que capotó y la masiva llegada de militares y personajes misteriosos que cercaron Paihuano por 24 horas, construyeron la leyenda del "Caso Roswell Chileno".
1998 ocurrió un incidente en las cercanías de Paihuano. Muchos creen que allí cayó un ovni.
16 horas del 7 de octubre de 1998 se produjo el accidente en el pueblo de Paihuano.
Quizás el relato más digno de releerse sea el de Raúl Flores, quien tenía su hogar a pocos metros de elevación en aquella ladera de Las Mollacas. Raúl dice que "el objeto era algo muy parecido a un disco metálico, que irradiaba por el sol un brillo metálico muy intenso. Nunca en mi vida había presenciado algo tan extraño. Por supuesto no fui el único que lo vio. Mucha gente también presenció lo mismo".
Desde ese momento, se vivieron varios fenómenos poco habituales en las localidades cercanas. Los habitantes recuerdan que las transmisiones de radio y de televisión desaparecieron. En las cimas de cerros colindantes se encontraban las antenas repetidoras de Paihuano y de Pisco Elqui, y éstas se habrían visto afectadas por 'algo', emanado desde el objeto. Alteraciones en los campos electromagnéticos del entorno fue la explicación que dieron los técnicos.
Que un funcionario municipal iba a emitir un comunicado de prensa, pero un misterioso miembro de la comitiva que había llegado al pueblo lo instó a desistir, en un español con un notorio acento estadounidense. Que este hombre se habría identificado como un científico de la Nasa. Que, cuando llegó la noche, los helicópteros peinaron la zona en busca de 'algo'. Y que, un par de días después, los militares y civiles abandonaron el pueblo en una caravana de tres camiones de color verde militar.
Las especulaciones acerca de lo sucedido son incontables. Lo cierto es que, tras el impacto, un grupo de vecinos, junto a carabineros, decidió subir el cerro y observar lo ocurrido. Tras seis horas de caminata, llegaron a la zona cero y no encontraron nada, salvo un perímetro con más piedras de lo normal. Estas serían las mismas rocas que había antes, solo que pulverizadas por el impacto. Al día siguiente, llegaron más carabineros y tampoco hallaron nada significativo. Y prensa, mucha prensa, invadió Paihuano.