Llegó el momento de devolver la mano al gran "Tito" Cerda
El conocido reportero gráfico local, quien trabajó por muchos años en medios de comunicación, intendencia y municipalidad, enfrenta una dura enfermedad. Además su casa sufrió un incendio, afectando a su familia. Es el momento que amigos, colegas, políticos y todos quienes compartieron con Tito, puedan brindarle una ayuda.
Serían horas interminables de conversación si es que el lente de la cámara que acostumbraba a colgar de su cuello Ricardo "Tito Cerda Araya, hablara. Y es que en kilómetros de rollo fotográfico y varios cuantos de megas digitales, las historias captadas por este nortino de tomo y lomo, son de nunca acabar.
Por ese lente han pasado de las más sabrosas crónicas del periodismo local, autoridades, famosos y una que otra anécdota propia del mundo de los medios de comunicación.
Los familiares del legendario reportero gráfico, de esos de la vieja escuela, con fotografía análoga, con varios rollos en los bolsillos por si se acababan las fotos y había que cambiar, cuentan que Tito Cerda siempre ha sido un amante de su trabajo, mostrándose como un apasionado del mundo de los medios de comunicación.
Esfuerzo y dedicación son las palabras que mejor definen a este hombre de origen tocopillano.
Todo comenzó allá en el Puerto Salitrero cuando conoció a un fotógrafo profesional de quien aprendió este arte.
"Aprendí a tomar fotos y revelarlas, por lo que un día me mandó a un cumpleaños porque él no podía y no tuve problemas en hacer el proceso completo. Fui buen alumno", decía Tito Cerda en una entrevista con el Mercurio de Antofagasta en junio de 2007.
Después de su llegada a Antofagasta en 1958 y tras su trabajo junto con el técnico local Luis Santibáñez --el famoso "Locutín" que llevó a Chile al Mundial de España en 1982- en la Revista "Aquí Está", estuvo como corresponsal de El Clarín, además de dedicarse al periodismo de calle en las páginas del diario La Estrella del Norte.
En el diario fue cuando junto con el periodista, ex candidato presidencial y actual senador, Alejandro Guillier, salían a las pautas para cubrir la contingencia antofagastina. Incluso, en una ocasión hace un par de años, volvieron a encontrarse en las páginas de La Estrella, regresando por un día al mundo del periodismo regional. Más allá de la relación periodista-gráfico, lo de ambos se convirtió en una amistad.
Jaqueline Cerda, una de los tres hijos de Tito, señala que "mi papá tenía una suerte para encontrarse con cosas, porque de repente iba en la calle, pasaba algo y ahí estaba él. Nosotros le echábamos la talla y le decíamos 'papá, qué eres sapo' y el nos respondía que se terciaba con las cosas que pasaban, que había que aprovechar para el diario".
Posteriormente, concentró su trabajo en Intendencia o en la Municipalidad, además de otros como Inacap en donde inmortalizó innumerables generaciones de egresados, siempre con su cámara pendiente ante cualquier situación.
Drama
Pero pese a su aspecto de siempre bonachón y con una sonrisa que nunca se desdibujaba de su rostro, los últimos días no han sido buenos para Tito y su familia. El reportero gráfico con 77 años tiene Alzheimer, vive postrado y dado a su deteriorado estado de salud esta semana tuvo que ser hospitalizado.
"Con lo que nos dijo el médico, esa enfermedad está en la última etapa y es tan desgraciada que te baja las defensas, él ya no reconoce a nadie o a pocos ... aunque él coma lo que coma, ya no va a engordar", dice Jacqueline.
Por esta condición de cuidado, ayer llegó hasta Hospital Regional la alcaldesa Karen Rojo para visitarlo y comprometió toda la ayuda que se pueda entregar a la familia.
Pero por si las cosas no estaban ya de por sí complicadas, para más remate la familia sufrió un nuevo golpe. Cuando los familiares iban y venían por su hospitalización, un principio de incendio afectó la entrada de su casa en calle Adamson, llevándose consigo todos los enseres de esta parte de la vivienda y con ello muchas fotos colgadas en la pared, recuerdos de toda la vida que atesoraba su esposa Griselda Espejo.
Eso fue el pasado lunes. Desde entonces, no tienen electricidad. "No contábamos con el incendio... todos nos dicen que estamos con la mala suerte del gato, pero estos fueron varios gatos, les digo yo. Esto es un gasto totalmente extra. Estábamos afrontando la situación de mi papá y más encima pasó esto", agrega Jaqueline.
Pero aún así, la templanza y tranquilidad no desaparece en el rostro de la familia de Tito Cerda. Por estos días las muestras de cariño han sido varias.
Griselda Espejo dice que hasta se han acercado fotógrafos locales que se han sorprendido por el estado de salud del legendario Tito y además, le han reconocido que el reportero gráfico les traspasó sus conocimientos. De alguna forma, preparó a las futuras generaciones que levantarían las cámaras para captar el quehacer antofagastino.
Apasionado del lente
De eso ella está agradecida. Al mismo tiempo y con la emoción en sus ojos, define a Tito Cerda como "un gordo divertido jejeje...muy buen padre. Siempre le gustó mucho la fotografía, le gustaba mucho andar en cosas así que llamaran la atención para poder tomar la foto. Totalmente apasionado por su trabajo, era el 'piérdete una'".
Griselda añade que la pasión de Tito por la fotografía lo llevó a sostener la cámara hasta literalmente el cuerpo ya no le pudo acompañar:
"Tuve que incluso esconderle la máquina porque todas las mañanas se levantaba de la misma forma, para ir a la Intendencia porque en la plaza de calle Iquique se juntaban los fumones y le podían quitar su equipo, no fuera nada eso, sino que también le podían pegar. Así que yo le dije 'ni tú ni el equipo salen más de la casa', era él o yo. Él mandó muchos años y ahora me tocó a mí jajaja", dice.
Se dice que los familiares de periodistas, camarógrafos o reporteros gráficos deben tener una paciencia gigante. Dada la naturaleza del periodismo, a veces el tiempo familiar es lo que se sacrifica.
Pero si bien Tito Cerda disfrutaba a concho su trabajo, siempre estuvo pendiente de su familia, sobre todo en las fechas especiales. En Navidad, un verdadero fanático de armar el arbolito.
"Le encanta la Navidad. Es como una guagua, jajaj siempre queriendo armar el árbol primero".
Con su lente Tito Cerda se las arregló para ayudar a muchos, difundiendo imágenes que permanecerán y vivirán el paso del tiempo.
Pero de alguna forma llegó el momento de devolver la mano. Por ello, si usted desea apoyar a la familia de cualquier forma, ya sea económica o con a través de artículos propios del cuidado, puede contactarse al teléfono 949260984.