Redacción - La Estrella
La Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO) sigue interesada en los cielos de nuestro norte y lo concretará con el desarrollo del Conjunto de Telescopios Cherenkov (CTAO), instalando 99 antenas en Paranal y otras 19 en las Islas Canarias, con la que se podrán seguir investigando los misterios del universo.
"Esto abre un nuevo ojo astronómico a la región de Antofagasta", comenta Maximiliano Moyano, académico del Instituto de Astronomía de la Universidad Católica del Norte. "Va a poder mover el límite del conocimiento a cosas desconocidas", asegura.
La gracia de CTAO, que espera estar listo en 2025, es que detectará rayos gamma. ¿Cual es la diferencia con los otros telescopios que tenemos? El astrónomo y académico de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, lo explica. "Los telescopios que captan luz óptica, como los de Paranal, son fácilmente homologables a cómo funciona el ojo humano, mientras que las ondas de radio que capta ALMA las comparamos (aunque son de características diferentes) a las que usamos para comunicaciones de televisión o celular", dice.
Correr los límites
"Mucha gente puede que escuche ahora por primera vez que es posible también observar el cielo detectando rayos gamma, que es radiación de muy alta energía que es bloqueada por nuestra atmósfera, pero que produce en ella un efecto que podemos detectar para poder estudiar las fuentes que emiten tal radiación", explica el académico.
Según el director gerente de CTAO, Federico Ferrini -consignado por Emol-, la tecnología es diez veces más sensible que los actuales telescopios. "Será capaz de apreciar fenómenos astrofísicos que por el momento no se han podido estudiar con tanto detalle".
El acuerdo, en tanto, también beneficia al país porque el 10% de observación se reservará exclusivamente para investigadores chilenos, y además porque ingresará un aporte económico a la región. "Esta inyección de recursos es algo que, bien canalizado, puede servir para estrechar los lazos de los observatorios con la comunidad local para gran beneficio mutuo", explica Unda-Sanzana.
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10% de los tiempos de observación se reservarán exclusivamente para científicos chilenos.