Michael Seguel P.
A días de que la familia se junte para comer en una jornada especial como Noche Buena, no son pocos los niños que ya partieron la cuenta regresiva para la parte que seguirá al postre: abrir los regalos.
Un momento esperado para los niños, pero motivo de preocupación para muchos papás, que no siempre tienen dinero suficiente para cumplir con las expectativas de los niños y requieren consejos para enfrentar una Navidad de "vacas flacas".
La académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, Claudia Figueroa, dice que "se debe hablar con los hijos para que entiendan lo que pasa en la familia y que, poco a poco, bajen esa ansiedad por los regalos".
Un solo regalo
Para el psicólogo Luis Pino, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, un buen consejo es pedir a los niños que elijan un solo regalo.
"Los hijos siempre van a querer tenerlo todo, pero ahí la posición de los padres es clave. Antes de comprar los regalos, el niño debe escoger uno de los que pidió para Navidad", dice Pino.
Frases que entienda
Los expertos coinciden en que los padres deben hablar con su hijo con frases que los hijos entiendan. El psicólogo Rodrigo Brito, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, dice que en el caso de los niños de hasta ocho años, se debe hablar con ellos para que no piensen que se trata de un castigo no recibir su regalo favorito. "Hay que decirle que esta va a ser una Navidad sencilla, que no se trata de un castigo porque se portó mal o no le fue bien en el colegio. Que no es una tragedia", dice Brito.
En el caso de un preadolescente de hasta 12 años, Claudia Figueroa precisa que "se le puede decir que en este momento no hay tanto dinero, pero sí podemos hacer otras cosas o actividades durante el día (de Navidad)".
Ahora, en el caso de los adolescentes de 13 años hacia arriba, Pino aconseja decirles francamente que "no hay dinero para comprar regalos o el juego que está moda" y que lo mismo pasará con la cena.
Ojo, lo ideal es que esta conversación la haga en su casa con, por lo menos, una semana de acticipación. Los expertos coinciden en que esto no se debe hacer a última hora y menos en un espacio público, como un centro comercial, donde el ambiente navideño, o de consumo navideño, será fuerte.
Entregue opciones
Brito aconseja, para evitar la frustración en los niños, que los padres entreguen otras opciones que "consuelen" no tener grandes o costosos regalos.
"Que se acuesten más tarde en Noche Buena y que al día siguiente pueda jugar todo el día", dice Brito, es una forma de compensar la ausencia de regalos en los menores de 13.
En el caso de los niños más chicos, Claudia Figueroa recomienda simples juguetes. Por ejemplo, para los niños entre 1 a 3 años, se recomienda aquellas que permitan "ejecutar acciones guiadas como encajar, ordenar, hacer cómo en el juego de tacitas o de cocinar o pintar".
La experta aconseja que en el caso de los textos infantiles se prefiera como regalo los que tengan "texturas para luego avanzar en el uso de personajes e historias más puntuales de estos que les permita a los niños 'conversar' de lo leído o pintar la historia".
No evite la pataleta
Brito aconseja evitar los retos, los llamados de atención y prácticamente la obligación del niño de calmarse luego de conversar.
"No es algo que los padres puedan controlar. Si los niños hacen una 'pataleta' hay que dejarlos tranquilos, es su forma de desahogarse", dice Brito.
Figueroa recomienda usar la frase "mira, yo entiendo que esto te da pena y te da rabia, pero a lo mejor el otro año vamos estar mejor y hacer otras cosas".
Los expertos advierten que es un arma de doble filo "negociar" una mejor celebración en una próxima fiesta. "Negociar con un niño termina siendo un arma de doble filo si no se puede cumplir con el regalo o la actividad que se prometió. Por ejemplo, si para el próximo cumpleaños de su hijo los padres se comprometen a un regalo o una celebración en grande, pero al final tienen una situación económica peor a la que estaban en Navidad. Eso es lo peor que puede pasar, por la evidente frustración que se provocará en el niño. Hasta puede afectar la credibilidad de los padres", dice Figueroa.
"Los hijos siempre van a querer tenerlo todo, pero ahí la posición de los padres es clave. Antes de comprar los regalos, el niño debe escoger uno de los que pidió para Navidad"
Luis Pino,, psicólogo"