Ignacio Araya
Se preparó todo un ambiente en Antofagasta para seguir el fallo e la Corte Internacional de Justicia de La Haya. La municipalidad instaló una pantalla gigante, repartió banderitas chilenas y puso muchas sillas para que la gente fuera a ver el resultado del diferendo marítimo con Bolivia.
A medida que en la tele decían que se desechaban los argumentos bolivianos para negociar una salida al mar, la gente, eufórica, gritaba, tiraba sus "ceacheí" y agitaba las banderitas. Frente al muelle histórico aparecieron camisetas chilenas, una del CDA, un hombre vestido con el traje de la Guerra del Pacífico, un caballero con un amenazante cartel que decía "Evo Morales, estamos a tres minutos de La Paz", entre otros etcéteras.
Al final, con canción nacional de fondo, hubo gente que hasta lloró por el resultado final, pese a que no se jugaba un centímetro de tierra en La Haya. La salida incluyeron trozos de empanadas circulando de mano en mano. "¿Puedo sacar una?", preguntaba la gente mientras miraba a funcionarios municipales cortar las empanadas por mitades.
La gran ganadora ahí -en términos mediáticos- fue la alcaldesa Karen Rojo. Al otro día los diarios nacionales venían con las fotos del banderazo y la sonriente edil saludando a medio mundo. Ese mismo día, vino el Presidente Sebastián Piñera al mismo lugar de las pantallas gigantes. Se tomó la mano con alcaldes, diputados, el senador Araya... y, de fondo, un bote de pescadores sostenía banderas chilenas.
"Si Bolivia insiste en un camino equivocado, como el que yo creo ha seguido en los últimos años, sin duda el diálogo se hace difícil, sino imposible", dijo Piñera.
La visita del Mandatario fue ultra flash. Después de saludar, recibir abrazos y tomarse fotos, el Presidente Piñera volvió a Santiago.
LO QUE SE DIJO
La alcaldesa Karen Rojo mencionó que, tras el fallo, "aquí no se pueden ver afectados la calidad de vida ni de los chilenos ni de los bolivianos", dijo. El alcalde de Calama, Daniel Agusto, también fue en esa línea, mencionando que el Presidente Evo Morales debía tener un "cambio de actitud, dejar la beligerancia, dejar esta odiosidad".
En tanto, el Presidente Piñera repitió dos veces que Antofagasta "ha sido, es, y seguirá siendo por siempre chilena".