Claudia Carvajal y - Matías Valenzuela
Le dicen el "rey de la salsa". Es el artista mejor pagado de Latinoamérica. Llegó en un jet privado a Viña del Mar y se fue apenas se bajó del escenario de la Quinta Vergara. Marc Anthony es un ídolo de la música actual y la noche del martes saldó la deuda que adquirió el 2015 con el Festival, cuando lo anunciaron, pero no vino.
Entró como una estrella y de inmediato interpretó su gran éxito "Valió la pena". Y altiro también el sonido presentó problemas. Mientras en la galería se escuchaba bien, en los costados poco y nada se oía la voz del salsero. Lo mismo pasó por las pantallas de la televisión abierta.
Fueron hits tras hits. Se emocionó al interpretar "Hasta ayer" y sorprendido miró a su público cuando le gritaron "mijito rico, mijito rico".
Acompañado de una sólida banda, Marc Anthony no tuvo problemas con la audiencia que se sabía de memoria cada uno de sus temas y que adivinaban sin problemas a la primera nota.
Si bien no tuvo la misma fuerza de sus presentaciones anteriores, el boricua logró una gran comunicación con su público y hasta recibió a una fanática que logró subir al escenario a sacarse una selfie con él y hasta bailar, pese a que los guardias intentaban sacarla.
Cuando interpretó "Flor pálida", la jurado Becky G se subió en los hombros de Sebastián Yatra para bailar y enviarle besos al cantante. Y hacia el final de la presentación, hizo algo similar con Camila Gallardo, que actuaron como "cheerleaders" animando al público.
Durante la presentación del salsero llamó la atención de que los animadores estuvieran sentados en la primera fila del palco, coreando "Y cómo es él", el clásico de José Luis Perales.
Como se esperaba, se llevó las dos gaviotas y para culminar su show interpretó "Vivir mi vida". El público quería más, pero el boricua salió raudo a subirse al vehículo de seguridad que lo esperaba tras el escenario.
Se fue en medio de un gran operativo de seguridad, mientras un funcionario del canal corría tras la caravana con los dos trofeos en la mano, que había olvidado en la Quinta.
"viva la salsa"
El martes, hubo más público que en todas las jornadas anteriores, y en la galucha -la misma que abucheó a la alcaldesa Reginato por la creación de una galería enumerada- estaba repleta.
Las escaleras y barreras de contención se convirtieron en una pista de baile. Las canciones más lentas tranquilizaban a la masa, pero los temas más salseros desataban lifts, meneítos, pechitos y pasos varios.
Algunos se movían con dificultad entre los peldaños, mientras que otros hicieron gala de su talento con verdaderas coreografías que se asemejaban a un concurso de baile de salón.
Los extranjeros, venezolanos y colombianos, eran los que mas lucían; los chilenos compensaban con empeño.
Una pareja, en la parte alta de la galucha, se robó varias miradas y fotografías. Se trataba de una pareja argentina que se lo bailó todo.
"Venimos de Mendoza, directamente a ver a Marc porque no tiene presentación en Argentina. Somos un grupo de cinco, pero yo soy la única mujer, así que me voy a tener que turnar con todos los varones, además estudiamos salsa así que estamos pasándola muy bien", señaló Marisa Vásquez.