Divertidas variantes del yoga se adaptan a todos los intereses
La popular disciplina física y mental oriunda de la India, el yoga, hace tiempo que llegó a Chile... y lo hizo para quedarse.
Las mujeres que acaban de ser madres tienen la posibilidad de hacer yoga incluyendo a su guagua en los ejercicios. Así contó la instructora Delia Jorquera, quien luego de dar clases por mucho tiempo a futuras mamás, tomó la decisión de seguir con ellas luego del parto. Hace clases de "yoga con bebés", que comprende posturas en que se incluye a las guaguas para formentar el apego -siempre cuidando la integridad de los pequeños- y se hacen ejercicios para consentirlos, como masajes. En el "yoga con bebés", la mayoría de las posturas se focalizan en el post parto. "Hay hartos cambios físicos, corporales, que pasan después de la gestación; entonces hay que tratar posturas que ayudan a retrotraer el útero y todo lo que es fortalecer el piso pélvico y los abdominales", explicó Jorquera.
Para las "cat lovers"está el "yoga con gatos". De acuerdo a Macarena Trejos, una experta, las clases corresponden a sesiones tradicionales de hatha yoga en compañía de los gatos que viven en el lugar. Ellos "entran y salen de la sala a su antojo y se pasean, juegan y rasguñan los mats, lo que le da un encanto especial a la práctica (...) Hay algunos gatos familiarizados con la rutina, los gatos yoguis, que nos acompañan y crean un vínculo muy bonito con las alumnas. Además, durante la relajación final (savasana) los gatos se recuestan con las practicantes y nos relajamos entre ronroneos y cariños", contó Trejos. Otro que ha captado adeptas es el "aeroyoga", que se practica en suspensión gracias a una tela o columpio. Éste permite hacer estiramientos profundos.