La vida sexual de las personas mayores: cambios y verdades
Adultos mayores se reunieron en un taller organizado por profesionales del DAS Concepción para conversar y aprender sobre sexualidad y afectividad, basado desde una perspectiva social y espiritual.
Pablo Martínez Tizka
Con el aumento en la esperanza de vida de los chilenos, el objetivo de que el sexo en las personas mayores no sea un tabú y que se viva tanto de manera afectiva como espiritual, es parte de un objetivo en el que Concepción quiso ser pionero a través de talleres.
Profesionales del Centro de Salud Familiar (Cesfam) O'Higgins de Concepción organizaron jornadas con adultos mayores de la región en las que se habló de espiritualidad en la intimidad, manejo de estrés en la sexualidad y prevención de enfermedades de transmisión sexual, entre otros, con el fin de desmentir mitos y dejar en claro que este factor es parte de un envejecimiento digno.
Al mismo tiempo, los asistentes contaron parte de lo que aprendieron y analizaron cómo se vive la sexualidad a su edad, sus principales dudas y si creen que con el paso de los años habrá menos tabú.
Reinventarse
Marta Ramos tiene 65 años de edad y es educadora diferencial. Ella fue una de las personas que formó parte como alumna en los talleres. "Fui soltera, casada, separada, divorciada y ahora viuda. Pasé por todas las etapas y cada una con lo que me tocó conllevar. Tengo dos maravillosas hijas", señaló.
Sobre lo aprendido durante las cuatro jornadas, opinó que "me gustó mucho entender que la sexualidad no es solo sexo sino también afectividad, que implica el sentir, el mirarse, el tocarse y el acompañarse y el compartir con otra persona que nos hace bien. Muchas veces se ve la parte genital, pero es mucho más que eso", aseguró.
Una de sus principales conclusiones tiene que ver con el desarrollo de las personas hasta la muerte. "Muchas veces se piensa que la mujer terminó su vida útil cuando dejó de menstruar, pero no es así. Si encuentro un compañero no significa que no pueda, por tener el pelo blanco o porque tenga más de 60 años. Siempre hace falta un abrazo o disfrutar los momentos como ir a tomar un café en el centro. Eso también es parte también de lo que es la afectividad", dijo.
Marta Ramos está convencida de que querer es poder. "A eso me refiero con que tenemos que reinventarnos. No jubilamos de lo sexual, porque tenemos el potencial hasta el último día en que nos sentimos plenos. Sólo hay que sentir y querer, nada más".
Añadió que "sabemos que la autoestima baja cuando tu potencial no es el mismo, cuando no tienes la misma fuerza o cuando tienes menos ingresos económicos o cuando te quedaste solo, porque tus hijos crecieron y ellos hacen sus vidas, pero hay que hacer que todo fluya".
Finalmente, aseguró que "somos personas como todas y tenemos los mismos derechos que cualquiera, lo que incluye lo sexual".
Tabú
Mirta Burgos tiene 68 años de edad y fue otra de las personas que asistieron a las charlas, aunque al principio no tenía muchas ganas de ir. Dijo que "de primera no quería venir, porque vi la palabra sexualidad, pero después me convencí de estar aquí, porque pensé que iba a aprender muchas cosas que no sabía".
Mirta contó que "a mí me crió mi abuelita y hablar de sexo era malo, siempre se evitaba, porque era totalmente tabú. Cuando mis amigas u otras personas conversaban de algo así, yo me arrancaba y creo que aún tengo timidez".
Sobre lo que aprendió, destacó que "se nos enseñó que uno no debía tener vergüenza de estar sin ropa con la pareja, además nos hablaron sobre los preservativos para prevenir enfermedades, en donde vi unas fotografías horribles".
También aseguró que "tenía dudas sobre si el potencial del hombre moría con la edad y me quedó claro que no, que eso era muy difícil".
Si bien su timidez no ha disminuido del todo, Burgos aseguró que hay un avance, ya que señaló que "durante el taller he hablado con mis amigas y les contaba todo esto. Antes a mi pareja le decía que no era necesario que esté desnudo, pero nos dijeron que en eso no había ningún problema. Esto nos ha servido para conocer a más personas".
Todo por su nombre
Carlos Mahuzier tiene 79 años de edad fue uno de los primeros en llegar a la última clase. "¿Hicieron las tareas?" fue lo primero que preguntó a sus compañeros antes de que iniciara la jornada con el mejor humor.
El penquista contó sobre sus motivaciones para entrar al taller. "En el último tiempo ha habido modificaciones en los temas sexuales y hay cosas que no entendemos mucho. Como el poder está en la información, entré para ver de qué se trataba. Hay que cultivar el intelecto también", dijo.
Una de las situaciones que más le llamó la atención fue la charla de una matrona. "Aunque parezca para la risa, ella nos hizo ver que los hombres también podemos consultarla. Pasa algo curioso, creo que entre las mujeres conversan un poco más de estos temas que nosotros. Por ejemplo, cuando llega el momento de hacerse el examen de la próstata no se habla de manera seria y sólo se hacen bromas por la forma en que se realiza. Sería muy bueno que dialogar sobre eso fuera normal", aseguró.
Mahuzier agregó que "también podemos hablar sobre los problemas de pareja y conocer cómo agradarla, porque a veces no nos preocupamos del gusto de ellas. Todos podemos tener horizontes para tener una visión más amplia y plena".
El penquista concuerda en que "creo que todos aprendimos que sin afectividad no hay buen sexo y que la edad no es un impedimento para llevarlo a cabo. Somos seres espirituales por esencia y a veces descuidamos nuestro cuerpo por desconocimiento".
También se refirió al tabú de conversar sobre estos temas con la pareja. "Eso antes no pasaba. Ahora se habla de manera más abierta y con las cosas por su nombre, no en términos vulgares. Siempre ha existido mucho prejuicio y morbo, pero creo que eso cambió de a poco". Tras la charla, Mahuzier compartió con el resto de sus compañeros y recibió un diploma por su participación.
Un derecho humano
La psicóloga Rayén Valdebenito fue una de las profesionales que encabezó el proyecto. Dijo que la idea partió a través de una investigación que realizó y que dio cuenta del aumento de la esperanza de vida de los chilenos. Luego realizó una encuesta en personas mayores de la región. "Indagamos si estaban interesados. Un 93% contestó que sí y un 81% estaba dispuesto a participar desde un abordaje biopsicosocial y espiritual, con el objetivo de reforzar la seguridad y la autoestima".
Entre las conclusiones y las principales dudas, Valdebenito señaló que "estaba el mito de que ya no existían enfermedades de transmisión sexual en este grupo etario por el hecho de que ya no hay posibilidades de embarazo o que los hombres no pueden consultar a la matrona".
La profesional aseguró que "lo que más llamó la atención fue la conexión y el vínculo que se genera en la atmósfera de la intimidad previo al acto sexual. La mayoría de quienes asistieron son viudos o solteros. Pocos están casados".
Además, Valdebenito afirmó que "ellos tienen muy claro que a su etapa vital disminuye la frecuencia y la duración del coito. Por lo tanto, saben que necesitan más insumos como fármacos o lubricantes para tener más satisfacción, debido a como se encuentra el organismo a esa altura de la vida".
Detalló que "en el caso de la mujer ya no produce tanta lubricación natural o el roce la hace más propensa a dolores o también a generar infecciones. En el caso del hombre, hay cambios en el tema la duración o el momento de la erección. Eso disminuye en la adultez joven, después en la adultez media y, posteriormente, en la adultez mayor, pero por ningún motivo significa que no pueda existir vida sexual en las personas mayores".
El diagnóstico de la psicóloga fue claro. "En Chile no se aborda esta temática y se desconoce una necesidad sanitaria que es real. Hay una realidad que es el aumento de la esperanza de vida en los chilenos a 85 años de edad en las mujeres y a 80 en los hombres, entonces estamos teniendo adultos activos que tienen los mismos derechos que una persona joven. Seguiremos trabajando en esa línea y estamos dispuestos a colaborar en lo que venga para ayudar a una vejez digna".
Al final de la última clase, los asistentes informaron respecto a su conformidad con las jornadas y se comprometieron a crear un grupo de Whatsapp para mantener el contacto.
"Nosotros tenemos los mismos derechos que cualquiera".
Marta Ramos,,, profesora penquista."