"El desafío principal es una educación inclusiva"
La educadora de párvulos antofagastina Claudia Aranda y asesora en Junji vivirá una pasantía en Canadá, donde se busca potenciar la educación prescolar.
Desde siempre Claudia Aranda Sepúlveda sintió la vocación de dedicarse a educar en las salas de clases, pero específicamente a los más pequeños, a los niños y niñas que recién están dando sus primeros pasos en el mundo de la educación.
Claudia quiso ir más allá y su trabajo en las aulas de los jardines infantiles lo realizó enfocándose en la educación diferencial, aquellos pequeñitos que cuentan con Necesidades Educativas Especiales (NEE).
Durante una década se dedicó a educar, para posteriormente enfocarse en una labor más administrativa de asesoría en la oficina regional de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji).
Estos días han sido especiales porque la educadora está a punto de ser parte de un desafío profesional, que le permitirá conocer otra realidad en cuanto a educación: desde el 8 noviembre estará en Toronto (Canadá), para ser parte de una pasantía por un diplomado en interacciones pedagógicas, con un sello en la inclusión.
La educadora dice que "toda la experiencia que tú le entregas a un niño entre los cero y los cuatro años es vital porque está todo el desarrollo neuronal, todo lo que se llama la maraña neuronal, porque mientras más estímulos tenga el niño, más posibilidades tiene de aprender. En estos últimos años se ha reconocido la importancia que tiene el foco de la primera infancia y estas pasantías van en función de eso, de fortalecer a los equipos, a nosotras como asesoras y a los jardines".
Claudia comenta que el desafío en la educación parvularia y que tiene relación con esta pasantía es "la inclusión efectiva. Nosotros estamos trabajando en eso, pero siempre falta, siempre hay desafíos. Siempre las experiencias son una nueva oportunidad de mejora".
"Siempre en Junji se recibe a niños con NEE. El 2008 se concretó a educadoras diferenciales en todo Chile para empezar primero a sensibilizar el trabajo con redes y en aulas. Tenemos un convenio con Senadis donde hay un psicopedagogo y un kinesiólogo, que están en cinco jardines de la región. También ganamos un proyecto para contar con fonoaudióloga y un asistente social en otros cinco jardines más, son 10 jardines que tienen ese apoyo en la semana. Pero esto es una tarea del día a día y cada vez tenemos más niños con discapacidad que están postulando", afirma.
En ese sentido, Aranda destaca que el rol de los padres es fundamental. Si bien las educadoras de párvulos pueden hacer una pesquisa pedagógica sobre alumnos que muestren signos de algún indicio de discapacidad, será el diagnóstico médico el certero.
"Nosotros le damos al niño socialización, el hecho de que los niños puedan compartir con otros, pero lo importante es que los niños tengan apoyo de los especialistas. Lo más importante es una pesquisa temprana, porque mientras más temprano uno trabaje con el niño, uno le dé estimulación y le haga ver especialistas que le den herramientas para desarrollarse en la vida diaria, ese niño tendrá más posibilidades de ser un adulto que se desenvuelva bien".
Finalmente, Claudia destaca la importancia de que los pequeñitos acudan al aula desde las edades tempranas, haciendo el llamado a los padres a evitar el ausentismo.
"Uno de los varios (desafíos que se conversarán en Canadá, para luego ser aplicados en la región) es fortalecer las interacciones pedagógicas en un ambiente lúdico... Antes se hablaba mucho que era importante (la estimulación temprana), pero ahora tenemos el respaldo científico. Está la neurociencia que es lo que nos avala y que dice que realmente es súper importante que los niños tengan una atención temprana y apego, porque sin afecto no hay aprendizaje. Lo que gatilla y genera que el niño aprenda es que lo haga en un ambiente de vínculo, de apego y de cercanía", finaliza.