Desgarradora despedida a las víctimas del fatal accidente en Paposo
Ayer se realizaron cuatro funerales de quienes perdieron la vida en el terrible volcamiento del TurBus. Familiares también marcharon por las calles exigiendo justicia.
Ricardo H. Muñoz Espinoza
En Taltal no hay consuelo. Algunos carteles en esquinas de la comuna recuerdan a las 21 víctimas que la madrugada del domingo perdieron la vida en la terrible Cuesta Paposo, cuando el TurBus desbarrancó.
Globos blancos, adornan algunas casas como forma de homenaje, los mismos que junto con flores del mismo color llevaron los habitantes de la ciudad para despedir a varios de los suyos.
La familia de Leslie Berríos Vega fue la primera en salir por las calles hacia el cementerio. El cuerpo de la Joven de 34 años fue trasladado junto con el de sus hijos, Lindsay Bustos Berríos (15) y el pequeño Erick Soto Berríos (9).
El trayecto fue desgarrador. Casi en silencio y con resignación caminaban al camposanto. La primera parada fue en la Escuela Alondra Rojas, en donde Erick estudiaba. Allí tuvieron palabras para recordar al muchacho y se le rindió un homenaje con la canción "Amigo" de Enanitos Verdes.
"Nuestra comunidad alondrina se encuentra triste y con sentimientos encontrados porque perdemos a un alumno de manera inesperada, al cual ya no veremos más, pero también felices porque no estará solo porque se fue en compañía de su madre y de su hermana. Sólo queremos expresar a la familia este sentimiento de pena y dolor que sentimos como comunidad educativa, al perder uno de nuestros alumnos, una ex alumna y a una ex compañera de labores (Leslie)", decía en la despedida el director de la escuela, Luis Arancibia.
Justo a la vuelta de la esquina los compañeros de Lindsay la esperaban en el Liceo Técnico para el último adiós. Sus amigos de enseñanza básica, también de la Escuela Alondra Rojas y del establecimiento le agradecieron por las vivencias juntos:
"Muchas gracias por tu lealtad. Porque niñas como tú son difíciles de encontrar. Ahora que estás con Dios... pídele por favor para poder aguantar tu ausencia. Las cosas que vivimos juntas son nuestro único consuelo... (Lindsay) Es de esas personas que si estás en un mal día, en un segundo te regalaba una sonrisa. Nos referimos a cómo es y no cómo era, porque sigue presente en nuestros corazones...", eran parte de las palabras que dedicaron sus amigos.
De ahí un grupo musical improvisado con docentes del liceo, interpretó "Mira Niñita" de Los Jaivas para despedirla a ella y su familia. Después los campanazos del establecimiento le dijeron adiós.
Los profesores la recuerdan como una joven alegre y participativa. "Era muy extrovertida, una niña bastante especial.
Lo que sentía lo expresaba. Le gustaba mucho el animé, era de ese estilo. Junto con su mamá y hermano eran parte del grupo de teatro en el Centro Cultural", dice el docente Sadrac Araya.
Joven trabajador
El silencio que después dio paso a los aplausos marcaron el funeral de Mauricio Rivera Bravo (28), joven trabajador de Minera Antucoya y ex alumno también del Liceo Técnico. Su sepultura quedó solo a unos pocos metros de Leslie y sus dos hijos, hasta donde llegaron sus familiares y amigos para acompañarlo por última vez.
La pena y resignación era evidente en el rostro de quienes compartían con él, entregándole frases de "buen viaje" al querido joven.
El adiós a Diego, María y Antonella
Por la tarde ese silencio se quebró con el peregrinaje de la destrozada familia de Diego García Sepúlveda (20), trasladado a Santiago), su esposa María Castillo Mora (21) y la pequeña Antonella Yañez Castillo (4), la menor de todos los fallecidos.
"¡TurBus asesino!", "Justicia, queremos justicia" y "Diego, María y Anto, nunca los olvidaremos", eran los cánticos que se hicieron escuchar por las principales calles de la comuna, donde la pena dio paso a la rabia y a la impotencia. Después la caravana se trasladó hasta la sucursal de la empresa de buses para pegar pancartas con los tres nombres y de ahí continuaron hacia el cementerio.
La pequeña Antonella soñaba con unos patines para Navidad, lo que motivó el viaje de esta familia hasta Antofagasta, además de conocer la capital. En la plaza de Taltal, la prima de María, Eliana Ramírez, desconsolada, decía "nos mataron a nuestra familia, una familia completa…Sabemos que hay un Dios que da justicia y María, Antonella y Diego, están con él. Los perdimos a todos, por eso llamo a todas las familias que perdieron a sus seres queridos, que se haga justicia".
Diego era un alegre joven que trabajaba en el personal de aseo, dependiente de la Municipalidad de Taltal. En la plaza, corazón de la comuna, fue también homenajeado por sus compañeros de trabajo y ahí, a modo de tributo, decidieron bautizar con su nombre un árbol en el lugar donde por última vez cortó el pasto.
Despedida con cueca
El cortejo fúnebre de Julio Acevedo Jara (52) cerró la dolorosa jornada taltalina, a eso de las 18:30 horas.
Éste tuvo un matiz distinto, donde el dolor pasó a ser parte de la música y la danza, al efectuar el recorrido hasta el camposanto con canciones de "Los Charros de Lumaco" y no sólo eso, también fue despedido con un pie de cueca a la entrada del recinto, que protagonizado por sus familiares y amigos. Ellos le dedicaron baile nacional porque quienes lo conocieron lo recuerdan como una persona alegre.
10 taltalinos fueron los fallecidos en el accidente. Ayer sepultaron a siete de ellos.
3 menores de edad taltalinos, fallecieron en el accidente, de 4, 9 y 15 años.
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