Agenda

Señor director:

Las mujeres desde que nacemos hasta nuestra muerte somos víctimas constantes de la discriminación que van desde educación hasta el sistema de pensiones, pasando, entre otras, por el mercado laboral y el sistema de salud.

Aunque pocos lo noten, las mujeres hemos sido las más beneficiadas de este estallido social. De las medidas aplicadas en la Agenda Social del Gobierno, al menos existen 3 proyectos que benefician directamente a la mujer como Sala Cuna Universal, Pilar Solidario, y el reciente anuncio del fin a la discriminación en isapres.

Asimismo, se incluyen iniciativas que, debido al contexto histórico y social, no benefician por el simple hecho de ser mujer como: Límites a la reelección, rebajas al transporte público para los adultos mayores- las mujeres viven más-, reducción del precio de los medicamentos entre otras.

Y es que ser feminista no es patrimonio exclusivo de ser mujer, es una tarea que tenemos como sociedad, y en ese sentido, cualquier logro u avance en la materia debería celebrarse como una victoria en conjunto y no solo atribuírsele a un grupo específico.

Porque tanto el Gobierno, como los partidos y todos los chilenos somos pro mujer, debemos predicar con el ejemplo y entregar apoyo a las iniciativas que, de alguna u otra manera dan la cara por todas nosotras.

Pilar Riesco V.

Historias antiguas con nuevos rostros

Días atrás participamos en las VIII Jornadas de Historia Regional de Antofagasta, organizadas por el Centro de Investigación Histórico Cultural Isaac Arce Ramírez y el Museo de Antofagasta. Escuchamos la interesante exposición de Aida Santelices sobre la inmigración griega, en la que se refirió a los primeros pasos que dieron los griegos en Antofagasta, relato que complementó con anécdotas y fotografías. Entre ellas, se refirió a la historia de la mala leche. Sus ascendientes vendían en la calle este alimento, pero había reclamos por su estado. Finalmente, luego de fiscalizaciones y mejorar los estándares superaron este problema y continuaron con su negocio. Otros griegos se dedicaron al oficio de cocheros, vital para el transporte en la ciudad. Otros se dedicaron al comercio, en particular, panaderías. Hoy esas mismas historias tienen nuevos rostros. Algunos de ellos están en las calles vendiendo sus alimentos típicos como las arepas venezolanas, otros conducen las micros, taxis y uber que nos transportan en la ciudad, y también hay quienes se dedican al comercio con panaderías que venden pan colombiano. Nuevos rostros de migrantes que se unen a los de ayer para seguir contribuyendo al desarrollo regional.