El interior se prepara para el "invierno altiplánico"
Se cerró Hito Cajón y se preparaba el cierre de Jama. En los pueblos, los vecinos cuentan cómo enfrentarán la situación cuando ocurra el "peak" de lluvias.
El llamado "invierno altiplánico" está ahí, latente. Hoy continúa la alerta amarilla declarada por la Onemi y se esperaban lluvias de entre 8 y 12 milímetros en la precordillera de la región de Antofagasta, mientras que en la cordillera se pronosticaron entre 15 y 25 mm. También está la minuta que emitió el Sernageomin, que indicó que hasta el 24 de enero la probabilidad de remociones en masa en la cordillera es "alta a muy alta".
Ayer, para prevenir accidentes, se cerró la barrera y el complejo Hito Cajón, en coordinación con Carabineros. También se hizo el trabajo para cerrar el paso Jama, junto a la Gendarmería Argentina. En tanto, el intendente Edgar Blanco fue a visitar los trabajos preventivos en el interior, recorriendo San Pedro, Talabre y Toconao. Anteayer hubo 16,2 milímetros de agua caída en Ollagüe, pero sin grandes complicaciones en su infraestructura.
"Hemos desplegado nuestras fuerzas de tarea para revisar lo que se ha realizado y coordinar las acciones necesarias para estar preparados ante un eventual aumento de precipitaciones", dijo el intendente. El director de Onemi, Ricardo Munizaga, mencionó que están "mejor preparados" y que se ha trabajado en los protocolos. "Pero eso no significa que estemos confiados, por lo que seguimos afinando detalles como la mantención actualizada de proveedores, empresas de buses y requerimientos que la emergencia pueda provocar".
Preparativos
En Caspana llovió ayer, pero suavemente. Crescencio Anza, dirigente del poblado, dice que cada habitante toma las medidas del caso. El año pasado el paso de las lluvias cortaron caminos y hubo casas que se cayeron. Algunas pudieron levantarse, cuenta, "pero otras quedaron ahí". "Estamos preparándonos, tapándonos con nylon, pero hace falta nylon", dijo.
El agua es una de las preocupaciones que tiene Ernesto Galleguillos, presidente de la Junta de Vecinos de Chiu Chiu. "Estamos abasteciendo con agua de la municipalidad para los sectores aledaños, pero también gestionamos un camión particular", explica.
En Chiu Chiu ha llovido, pero no se han producido estragos como el año pasado, cuando hasta el puente quedo arrasado por lo fuerte que se vino el río Loa. Ernesto Galleguillos lo ve por el lado positivo: dice que la lluvia es una bendición para los agricultores. "Porque permite que el embalse pueda tener un mayor flujo de agua y se pueda abastecer mejor". En ese pueblo están en contacto con la administración del Embalse Conchi, para estar atentos al agua.
Ayer, Elisa Sosa contaba que en Talabre, su pueblo, llovía pero "bien calmado". El agua está cayendo por las tardes y ya preveía que probablemente tendrían problemas con el camino. La presidenta de la comunidad atacameña de ese pueblo también agregó que el año pasado les prometieron ayuda para cambiar los techos, "y hasta el día de hoy nada", señala.
Para abastecerse, los pobladores de Talabre van una vez al mes a Calama, porque en el pueblo no hay negocios para comprar. El agua viene de una vertiente en los cerros y hasta ahora ha bajado limpia. "Lo primero que se ve afectado es el agua", dice. "Si hay una lluvia muy fuerte, vamos a estar perjudicados", advierte la pobladora de la localidad ubicada a pocos kilómetros del imponente volcán Láscar.
16,2 milímetros de agua cayeron anteayer en Ollagüe, pero sin provocar mayores problemas.