Redacción
Una locomotora en llamas (ver página 3) fue el último gran capítulo en el historial de enfrentamientos en la Avenida Andrés Sabella. Desde que inició el estallido social, el conflicto entre encapuchados y Carabineros, se había concentrado con mayor relevancia en el sector centro, luego al norte y después al centro nuevamente, aunque en la parte alta.
Por alguna razón es en el sector de avenida Andrés Sabella donde permanecen los enfrentamientos, dejando a sus vecinos en el medio de la zona de conflicto. Si bien reconocen estar a favor de las demandas sociales, al mismo tiempo dicen que ya están cansados de tener que permanecer durante las noches al pendientes de lacrimógenas, molotovs o piedrazos.
Y aunque coinciden que en cuanto a frecuencia los enfrentamientos han disminuido y reconocen que se distinguen los manifestantes de los que cometen actos vandálicos, sí les preocupa el nivel de violencia y les angustia la incertidumbre.
Patricia es una vecina del sector y dice que al menos en noviembre-diciembre, la situación era insostenible. Hoy ha ido decreciendo, salvo ciertas ocasiones. "Desde que empezó era todos los días. La sufrimos todas porque gaseaban las casas...Tengo una plancha que pongo para las lacrimógenas, porque en la casa de él (apunta a otro vecino) le llegó una en uno de los vidrios del baño, también han llegado a los patios", afirma la pobladora.
Óscar es el vecino del que comenta Patricia. Señala que también le preocupa que algún día caiga una molotov en su casa y ocurra un incendio. Es por eso que cuando ve que están armando este tipo de proyectiles, "ahí yo me paro (les reclama), porque le tengo miedo a la molotov debido a que mi casa es de cemento y madera. Con mi hija nos preparamos y ya tenemos un extintor para cualquier cosa..."
"... O sea, te cambia toda la vida porque ya si hay marchas no sales en la noche, porque no sabes si puedes llegar y te vas encontrar con la trifulca", se apura en añadir Patricia.
Más arriba, entre los pasajes sobre Andrés Sabella y a pocas cuadras de 21 de Mayo vive la señora Milena. Ella complementa lo comentado por los vecinos:
"Es la mayoría de los días. A veces para un fin de semana pero vuelven con más intensidad. Con los enfrentamientos no sé si se está logrando o no. Deberían irse a otro lado donde no afecte a la ciudadanía".
"Ayer, por ejemplo, mi hijo tenía que trabajar y no podía cruzar porque era demasiado (compleja la situación)...", añade la vecina.
Sandra es otra de las pobladoras del sector que reconoce de entrada que entiende el descontento, porque "ya ha sido mucho el abuso", pero al mismo tiempo no comparte los enfrentamientos. Es más, se ha visto afectada por las lacrimógenas porque asegura sufrir de asma.
La vecina de calle Andrés Sabella declara que ya son varias las oportunidades en que le han "tirado peñascazos al techo", algo que la tiene cansada y que fuera de su casa, algunos sujetos destrozaron un poco de la acera para usar los escombros como proyectiles.
"Es algo que me preocupa mucho porque no sabemos qué va a pasar. Anoche (el lunes) hasta hicieron una barricada justo afuera de mi casa, con quemas de neumáticos. Hasta gente aprovechó de quemar basura".
Finalmente, Hernán es otro de los pobladores del mismo sector y señala que antes los enfrentamientos eran de lunes a sábado, pero después esa frecuencia bajó. "Se acabó ese tipo de tira y afloja entre carabineros y encapuchados, pero se puso más agresivo. Carabineros se esconden entre las casas y estos cabros comienzan a tirar piedras a lo que caiga nomás. En mi casa cayó una molotov, en otras llegan lacrimógenas, perdigones, piedras, de todo..."
"Anoche (lunes) estuvo complejo. Yo estaba trabajando y mi hermano por Whatsapp me decía 'cuando te vengas ten cuidado porque están acá en la casa' y al preguntar qué tan grave estaba, me manda la foto del tren incendiándose. Entonces ahí a uno le angustia por lo que podría ocurrir en la casa... Con esta forma de agresividad ya no les importa nada. A la casa de un vecino le llegó una piedra a la ventana y ellos tienen una guagua de 20 días, más o menos. Entiendo qué no saben quién está dentro de las casas o cuando dicen que 'lo material se recupera', pero claro, el material no es de ellos, añade".
Los testimonios de las entrevistas para esta nota, si bien son reales, mantienen nombres ficticios debido a que así lo prefirieron los entrevistados por razones de seguridad.
La Estrella