Lorena Pereira Molina - La Estrella de Antofagasta

Desde que comenzó la pandemia el foco ha estado en que los pacientes con coronavirus cuando se agraven cuenten con una atención adecuada y tengan acceso a un ventilador mecánico en caso de ser necesario. Pero cuando se habla de "ventilación" pocas personas saben de lo que se trata y lo que deben enfrentar los pacientes sometidos a este tratamiento invasivo.

La ventilación invasiva para el Covid-19 es una intubación que se hace bajo anestesia general, que consiste en quedarse dos a tres semanas sin moverse, muchas veces boca abajo (decúbito prono) con un tubo en la boca hasta la tráquea, que permite al paciente respirar al ritmo de la máquina a la que está conectado.

Los pacientes no pueden hablar, comer ni hacer nada de manera natural. La molestia y el dolor que sienten requiere de la administración de sedantes y analgésicos, para asegurar la tolerancia al tubo. Y durante el tiempo que necesite la máquina para respirar estará en coma inducido.

Este tratamiento permite salvar vidas, pero cuando la intubación es prolongada puede ocasionar algunas secuelas como infecciones pulmonares, daño muscular, lesiones en la laringe, parálisis de las cuerdas vocales y fibrosis pulmonar.

El jefe UCI del Hospital Regional de Antofagasta (HRA), Horacio Zepeda, explicó que los pacientes Covid-19 requieren un mayor tiempo de asistencia ventilatoria que aquellos que padecen de otras patologías. "Un número no menor ha estado en ventilación entre 14 y 21 días e incluso más. La mayoría de los pacientes son hombres obsesos jóvenes menores de 60 años y los fallecidos han tenido múltiples comorbilidades".

Pedro Usedo, infectólogo del HRA, manifestó que "en los pacientes Covid-19 con enfermedades de base la asistencia ventilatoria es más prolongada y puede provocar más complicaciones, lo que hace difícil a los equipos de UCI poder retirarlos oportunamente de un ventilador mecánico y eso va a generar un mayor riesgo de hacer otras complicaciones propias de un paciente que está conectado a un ventilador o que tiene múltiples accesos vasculares para la administración de drogas y otros fármacos".

Cuando los pacientes logran salir de la ventilación la recuperación tampoco es inmediata. En 20 días con este tratamiento, un paciente joven, por ejemplo, llega a tener una pérdida de masa muscular de un 40%, y la posterior reeducación será de 6 a 12 meses, asociado a traumatismos de la boca o de las cuerdas vocales. Es por esta razón que las personas mayores y frágiles no aguantan.

Por eso, si las personas comprendieran que en este minuto que los ventiladores son un bien preciado y que los riesgos que conlleva el uso de éstos tomarían conciencia sobre la importancia de protegerse y proteger a los demás. Que es vital quedarse en casa, con o sin cuarentena, poniendo énfasis en el uso de mascarillas y en el distanciamiento físico, para vencer el coronavirus.

47 son los pacientes con coronavirus ventilados en la red asistencial de la región.

32 eran los ventiladores disponibles hasta ayer en la región, según último reporte de Minsal.

"Si no tiene una pieza exclusiva, no puede hacer el aislamiento efectivo en casa". Así de tajante fue la seremi de Salud, Rossana Díaz Corro, concientizando a los pacientes Covid-19 para que recurran a las residencias sanitarias de la región si no cuentan con estas condiciones.

Agregó que la mejor forma de disminuir los casos es aislar a las personas en residencias sanitarias. "Cuando una persona contagiada no tiene una pieza exclusiva para cumplir con un aislamiento adecuado expone a todo los integrantes del grupo familiar", acotó.

Además, cuando el contagiado tiene un dormitorio exclusivo "debe limpiarlo él mismo, debe retirar los desechos en una bolsa doble y limpiar el baño cada que se ocupe. "Con eso basta", replicó.

En la región, hasta ahora, cuenta con tres residencias sanitarias, una en Antofagasta, otra en Calama y una en Mejillones, que dio buenos resultados para bajar los contagios en esa comuna, albergando a los pacientes del brote del campamento.

Hasta el miércoles la residencia sanitaria de Antofagasta, cuya capacidad es de 52 habitaciones, tuvo un ingreso de 32 pacientes con coronavirus.

A la residencia sanitaria de Calama con capacidad para 24 habitaciones ingresaron 19 pacientes, mientras que en la residencia del vecino puerto cuenta con 80 habitaciones y hasta el miércoles habían ingresado 33 pacientes Covid-19 para tener un aislamiento efectivo.