Javier Andrónico Cangana

En Quillagua tienen agua potable apenas por un par de horas: desde el mediodía hasta las 14:00.

Tampoco tienen energía eléctrica las 24 horas, sino que desde las 15:00 a 01:00 de la madrugada. Por ende, los casi 170 habitantes de Quillagua vieron, durante marzo, abril, mayo y gran parte de junio, el avance de la pandemia en nuestro país por televisión o mediante redes sociales y nunca se imaginaron que el virus iba a llegar al pequeño poblado ubicado en la frontera con la Región de Tarapacá y lejos de todas las ciudades grandes de la región.

Pero el coronavirus, a mediados de junio, llegó a Quillagua y un mes después se cobró la primera víctima, mientras la mitad del poblado debía cumplir cuarentena, ya sea por estar contagiado o por ser contacto estrecho.

Gran parte de la población de Quillagua es de la tercera edad y justamente uno de aquellos vecinos contrajo el virus hace algunas semanas y su estado de salud se complicó tanto que tuvo que ser derivado de urgencia al Hospital Carlos Cisternas de Calama… Pero logró vencer al coronavirus y hoy ya está de vuelta en su pueblo natal.

Nacido y criado

Don Gabriel Castro Salazar tiene 80 años y su sobrina, doña Mariel, cuenta que su tío es "100% quillagüeño. Nacido y criado acá en el pueblo. Nunca ha dejado su Quillagua".

A principios de agosto, don Gabriel contrajo el covid-19 y debido a que cuenta con algunas enfermedades de base, sobre todo diabetes, su salud comenzó a empeorar drásticamente y a los pocos días, desde la posta de Quillagua, indicaron que don Gabriel debía ser trasladado de inmediato al hospital de Calama.

Apenas llegó al Carlos Cisternas fue internado en la Unidad de Paciente Crítico, donde los profesionales lo conectaron a una máquina de oxígeno y a una sonda para alimentarlo.

Y así estuvo prácticamente tres semanas.

Pero Gabriel Castro, como cuenta su sobrina, es un hombre fuerte y, a pesar de la edad, se recuperó del coronavirus y el equipo de salud logró estabilizar sus niveles de azúcar.

Después de tres semanas, el lunes pasado al mediodía, don Gabriel Castro retornó a su Quillagua querido, a vivir en la misma casa en que se crió y donde actualmente vive su sobrina.

"Acá en la casa tenemos a mi tío. Estamos felices que lo hayan dado de alta, ya que pasó mucho tiempo hospitalizado, pero ya está mucho mejor, aunque por ahora continúa acostadito, ya que perdió mucho peso cuando estuvo internado", relata Mariel Castro.

Excelentes

Según comenta la sobrina de don Gabriel, su tío ya cuenta con los remedios para mantener a raya su diabetes, entre otros aspectos relativos a sus cuidados, los cuales están siendo atendidos por el enfermero y paramédico de la posta de Quillagua.

"Los niños (personal de salud) se han portado excelente con mi tío. Han venido varias veces estos días e incluso se coordinó la visita del doctor, para que evalúe la recuperación", comenta Mariel, vía telefónica desde Quillagua.

"Mi tío fue muy activo. Trabajó en el ferrocarril y después con su carreta vendía agua aquí en el pueblo".

Mariel Castro, sobrina de don Gabriel