Ricardo Muñoz Espinoza

M ientras Christian Pastén Varas era transportado en la silla de ruedas en medio de los pasillos del Hospital Carlos Cisternas de Calama, debajo de su mascarilla la sonrisa se dibujó en su rostro. Hace varios meses que no vivía un momento de alegría y ahora por fin estaba disfrutando de una celebración, aunque en el mismo recinto que enfrentó el peor escenario de la pandemia por Covid-19 en esta región.

Y es que Christian, de 50 años, estuvo más de cuatro meses cesante debido a las complicaciones económicas que aún son coletazos de la pandemia. Por eso cuando supo de una oportunidad laboral en un proyecto geotérmico en las cercanías de los volcanes San Pedro y San Pablo de la Provincia El Loa, no lo pensó dos veces y decidió tomar sus maletas desde la Región de Coquimbo de donde es oriundo, para así volver a trabajar.

Lamentablemente es un viaje que no olvidará nunca, porque sólo pasaron tres semanas desde haber llegado a su nuevo empleo, cuando le dieron la noticia que se había contagiado de coronavirus.

Eso es lo que recordaba cuando los funcionarios del Hospital Carlos Cisternas- en donde estuvo más de un mes internado e intubado durante más de 15 días luchando por su vida con ayuda de ventilación mecánica- le dedicaban aplausos, felicitaciones, gritos de ánimo y hasta bailes con globos en mano. Christian tenía en sus manos el diploma que lo catalogaba como un sobreviviente de la pandemia más terrible de los últimos 100 años, ganándole al virus y siendo dado de alta.

"Este maldito bicho me atacó en un dos por tres. Fueron tres días en los que yo perdí el conocimiento... Cuando me dijeron que yo tenía Covid-19 me sentí pésimo. Había estado cuatro meses en la casa cesante, cuidándome, y llevo aquí tres semanas y me enfermo... No es bonito", dijo Christian en su salida del hospital.

Christian se entregó al cuidado de los profesionales de la salud, los que incansablemente lucharon contra la enfermedad para mantenerlo con vida. "Ellos fueron todo... mis manos, mis pies, mi cabeza. Fueron el pilar fundamental para poder salir adelante y se los voy a agradecer infinitamente, de todo corazón", comentó en agradecimiento.

Palabras de gratitud son también las que tiene Carmen Miranda, esposa de Christian, quien llegó desde Coquimbo para volver a casa junto a su marido:

"En estos momentos estamos felices de poder llevarlo (a casa) porque todo el proceso fue muy angustiante, lloramos todo lo que habíamos llorando en tantos años, pero estoy muy agradecida de la atención que le dieron a Christian. Todas las personas que estuvieron con él, médicos, enfermeras, paramédicos, fueron las responsables de que él pudiera salir luego, porque cumplió un mes y si bien para nosotros se nos hizo eterno, todos los que nos cuentan sus experiencias (nos dicen que) fue poco para él. Estábamos todos en oración y lo lindo es que los médicos, que son muy cristianos, nos pedían que hiciéramos oración... así que estoy súper agradecida", señaló.

Nicole Flemming, enfermera coordinadora de la Unidad de aislamiento Covid, fue una de las que estuvo en la primera línea apoyando la recuperación de Christian y comparte esta alegría, sobre todo porque él salió del escenario adverso al que se estaba enfrentando:

"Para nosotros como funcionarios esto es muy importante porque él puede irse a su casa con su familia, feliz, después de un mal pronóstico que tenía. Estamos felices también por los funcionarios que han estado en la lucha desde los médicos hasta los auxiliares de aseo, los que pueden lograr esto".

15 Un mes estuvo hospitalizado Christian, de los cuales más de 15 los pasó en intubación.