Cartas
Malhechores y seguridad
Señor director:
Recientemente los tribunales de justicia han dado luz verde para la extradición de un ciudadano chileno requerido por la justicia de Bélgica. La extradición se fundamenta en el Tratado de Extradición celebrado entre Chile y Bélgica en el año 1899, hace 122 años exactamente, quienes solicitan la presencia del connacional para que haga efectiva una condena por su autoría en los delitos de "robo con fractura y delito de asociación de malhechores", perpetrados en diversas ciudades de Bélgica.
Los delitos fueron cometidos en compañía de otros colegas nacionales dedicados a la exportación de este producto no tradicional, que en nada nos prestigia como nación, como lo es la delincuencia internacional que no reconoce fronteras.
La condena tiene como fundamento legal que luego de la detención de otro "turista" nacional la policía de Bélgica le estableció su cómplice relación con el futuro extraditado. Eso sí la corte nacional señaló que antes de tomar sus "vacaciones" en Europa el requerido deberá cancelar una deuda pendiente por otros delitos que perpetró en el territorio nacional, ya que su "currículo delictual" es vasto y sus constante salida al extranjero estaban amparadas por funcionarios públicos que le facilitaban los documentos legales para ello.
Junto con la larga lista de productos no tradicionales que exportamos como: uvas, cerezas, filetes de salmones, arándanos, ciruelas, filetes de truchas congelados, erizos de mar, algas de uso medicinal, etc., también exportamos "malhechores". He ahí donde el legislador debe poner su acento, resolver con prontitud y sin mayor trámite legislaciones que pongan trabas a estas "exportaciones" y no "excomulgar" a los niños "soñadores" que le quemaron el kiosco a la "señora Juanita", agenda que van en contra de la seguridad de los ciudadanos.
Juan de Dios Videla Caro
Pandemia
Señor director:
Lamentablemente las cifras de coronavirus se están disparando otra vez en la ciudad y parece "como si lloviera". Ni las autoridades centrales ni locales, ni tampoco la gente le toma el peso a la situación. Qué triste el individualismo que se vive actualmente, donde no importa lo que le pasa al de al lado. Solo cuando un familiar se contagie, sufra o muera, recién le tomarán el peso.
Hernán Araya