Amigo y rotario
Señor director:
Recientemente dejó de existir nuestro amigo y rotario Héctor Portillo Herrera, quien se destacó por sus virtudes profesionales y rotarias en nuestra Antofagasta.
Comprendo que en este crucial momento de congoja, que el frío de la muerte nos ha arrebatado la vida de nuestro amigo Héctor, tenga la razón nuestro corazón para reflejar la tristeza que invade nuestro espíritu ante la irreparable pérdida de hombre justo, tolerante, modesto y fraterno.
En este constante convivir y ascender pudimos darnos cuenta de sus extraordinarias condiciones dedicado al estudio, con una vasta cultura y una natural modestia que lo habilitaban con creces para ser un gran guía espiritual y además ser rotario.
Como hombre que sabía cultivar su inteligencia, el amigo Héctor había logrado descorrer el velo que nubla la conciencia, para transformarse en un apóstol de la libertad, de la justicia y de la tolerancia. Había pues, logrado hacer de su existencia una tarea en permanente afán de superación para ponerse al servicio de sus semejantes y de la vida misma, a la que amó intensamente y en la misma medida en que, estoy cierto, no temía a la muerte, pues sabía ser un observador consciente y regocijado ante el cuadro infinitamente hermoso y apasionante de la creación y sus misterios con que a diario nos deslumbra la naturaleza.
Si es cierto que la vida nace de la muerte, que entonces nuestra congoja se nutra con el recuerdo permanente de las virtudes que en vida nos exhibiera el amigo Héctor al que siempre seguiremos recordando empinado por sobre las pequeñeces que separan a los hombres, indicándoles el buen camino que conduce hasta los más altos logros de los bellos postulados de Rotary: "Dar de sí, sin pensar en sí".
Confiemos en que nuestro amor fraternal para el amigo Héctor que ya no está, haya de formar un fértil y tupido follaje de eterna primavera, como será nuestro recuerdo para que por siempre descanse en paz.
Que así sea.
Arturo Mardones Segura
Recuerdo
Señor director:
Ahora que anda más gente haciendo deporte por la franja de la mañana, sería bueno recordarle a los choferes de vehículos que los ciclistas sí pueden (y deben) circular por la calzada si no hay ciclovía. Algunos parece que lo olvidaron.
Hernán Araya