La espectacular foto de seis anillos que dejó la muerte de una estrella
Desde la región y mediante el observatorio ALMA se logró una imagen sin precedentes: cómo uno de estos astros moribundos se extingue poco a poco y con una estela de anillos que llevan 2.100 años expandiéndose.
Ricardo Muñoz E./Redacción
Cuando miramos al cielo en una noche estrellada no imaginamos que esos astros se ubican a millones o hasta billones de kilómetros de nosotros, y que además también están en constante evolución. Es decir, nada en el Universo permanece quieto y todo permanece en movimiento.
Así, las estrellas también pasan por un ciclo parecido al de los seres orgánicos, en el cual nacen, se desarrollan y mueren. Precisamente la muerte de uno de estos soles, bastante alejado de la Tierra, entregó una imagen espectacular que fue captada en conjunto por el histórico Telescopio Espacial Hubble (que desde los 80's ha maravillado al mundo con grandes imágenes del Cosmos) y el observatorio Atacama Large Milliter/Submilliter Array (ALMA), el cual está ubicado cerca de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta.
La imagen obtenida por la tecnología de ambos colosos observadores del Espacio es simplemente sin precedentes y gracias a ello fue posible lograr el momento justo cuando la muerte de una estrella rica en carbono dejó una estela de seis impresionantes anillos en expansión hacia el Cosmos.
Los resultados de este descubrimiento fueron publicados ayer en la prestigiosa revista científica The Astrophysical Journal, en los cuales se observan los últimos momentos de la estrella llamada V Hydrae, la cual es clasificada en etapa de Rama Asintótica Gigante (RAG).
En el lenguaje de los astrónomos esta denominación es la que reciben las estrellas que están en su última fase de vida y que tienen varias veces la masa de nuestro Sol (hasta 10 masas solares). Después de miles de millones de años una estrella consumirá todo su combustible de hidrógeno, contrayéndose y aumentando su temperatura, mientras que sus capas externas se expanden cada vez más y se van enfriando. Es entonces cuando crece tanto que se transforma en una gigante roja, muchísimas veces más grande que nuestro Astro Rey.
Cuando a la estrella ya no le queda más hidrógeno que consumir será el turno de quemar helio, agrandándose aún más y estando en la fase RAG, en la que pierden sus capas externas liberando material al Espacio.
Hay que recordar que dependiendo de la masa que tenga la estrella una vez que finalice su vida podría convertirse en una Supergigante Roja y estallar en una Supernova, o bien expandirse en Gigante Roja y después contraerse hasta volverse una enana blanca del tamaño de la Tierra, tal como le ocurrirá a nuestro Sol en los próximos cinco mil millones de años.
Volviendo con el descubrimiento, la estrella V Hydrae captada por ALMA (cuya abreviación es V Hya) es abundante en carbono y se encuentra en la Constelación de Hidra, a 1.300 años luz de la Tierra. Esto significa que si pudiésemos viajar a la velocidad de la luz (300 mil kilómetros por segundo) nos tardaría 1.300 años en llegar hasta allá.
O lo que es lo mismo: cuando los científicos observan V Hya la están viendo cómo era hace 1.300 años, porque eso es lo que demora su luz en llegar a nuestros ojos, debido a la inmensidad inimaginable del Universo. Por eso se dice que mirar hacia el Espacio siempre es presenciar el pasado.
Si bien más del 90% de las estrellas con masa similar o superior al Sol terminan convirtiéndose en una RAG al despojarse de su combustible necesario, V Hya parece ser especial y por eso llamó la atención del equipo de astrónomos que la observó, esto debido a su comportamiento peculiar, como es el caso de sus tremendas erupciones de plasma cada ocho años y medio y la presencia de una compañera estrella vecina casi invisible que tiene injerencia en cómo actúa este astro.
Mark Morris, astrónomo de la Universidad de California en Los Ángeles y coautor de la investigación, comenta que "V Hydrae está atrapada en un proceso de despojo de su propia atmósfera -y, en última instancia, de su masa-, algo que la mayoría de las estrellas rojas gigantes hacen. Pero para nuestra sorpresa, descubrimos que, en este caso, la materia está siendo expulsada bajo la forma de una serie de anillos. Esta es la primera y única vez que se observa que el gas eyectado por una estrella RAG fluye como si fueran unos anillos de humo en expansión".
Los seis anillos llevan unos 2.100 años alejándose de V Hya y expandiéndose, agregando masa y alimentando el crecimiento de una estructura de alta densidad con forma de disco estirado y torcido que rodea la estrella.
Pero no sólo un conjunto de seis anillos y un disco estirado es lo que ofrece V Hya, ya que también se detectó que presenta dos estructuras con formas de reloj de arena, junto a otra con forma de chorro, y que se expanden a 240 kilómetros por segundo.
Debido tanto a la distancia como a la densidad del polvo que rodea la estrella, para estudiar V Hya se necesitaba un instrumento único, lo suficientemente potente para poder observar que se encuentra muy lejos y que, al mismo tiempo, es muy difícil o hasta imposible de observar con telescopios ópticos.
Para ello, el equipo usó los receptores de Banda 6 (1,23 mm) y Banda 7 (0.85 mm) de ALMA, que revelaron con una definición increíble los distintos anillos y chorros de la estrella.
"La etapa final de la evolución estelar, cuando las estrellas hacen la transición de gigante roja a remanente estelar de enana blanca, es un proceso complejo que no entendemos a cabalidad", señala Mark Morris y agrega que "descubrir que en este proceso puede intervenir la eyección de anillos de gas y a la vez la expulsión de chorros intermitentes de material en alta velocidad supone una nueva y fascinante arista en nuestra investigación sobre cómo mueren las estrellas".
300 mil kilómetros por segundo aproximadamente es la velocidad de la luz en el vacío.
1.300 años luz de la Tierra se encuentra la estrella V Hydrae, en la Constelación de Hidra.
La Estrella