Padre Berríos por denuncias en su contra: "Nunca me he aprovechado de mi posición como sacerdote"
El sacerdote jesuita en una entrevista negó nuevamente haber cometido los presuntos hechos de connotación sexual de los que se le acusa. Además, señaló que lo que más le afecta el proceso canónico es la imposibilidad de poder defenderse.
Redacción - La Estrella
E l sacerdote Felipe Berríos apuntó a la Fundación para la Confianza de montar una "estrategia comunicacional, con un modus operandi muy claro, que se presta para un show mediático", en referencia a la controversia que ha levantado las acusaciones en su contra por presuntos hechos de connotación sexual.
Berríos actualmente se encuentra suspendido de sus funciones como sacerdote, debido a que enfrenta una investigación previa canónica por la denuncia presentada en mayo pasado por una mujer cuando ésta era menor de edad.
Posteriormente, el presbítero se autodenunció ante la justicia tradicional a través del Ministerio Público, con el objetivo de defenderse de las acusaciones respecto a estos hechos que afirma -nuevamente- son falsos.
A fines de agosto pasado la Compañía de Jesús determinó que las acusaciones son "verosímiles" por parte de siete mujeres jóvenes y adolescentes.
Y durante el sábado, Berríos se refirió en más extenso a esta situación en una entrevista que publicó el diario La Tercera, en donde señaló que al enterarse de la primera denuncia sintió "incredulidad, desazón y rabia".
Berríos llegó en 2014 al Campamento Luz Divina en el sector La Chimba, en Antofagasta. No obstante, ya son cuatro meses en los que permanece alejado de esa comunidad, viviendo en la casa de un familiar.
"Dejar de improviso mi trabajo, mi casa, a mi perra, mi gata y especialmente a la gente de La Chimba y que se me impusiera una medida cautelar sin siquiera conocer la acusación, la cual pude leer varios días después, es una vivencia muy triste. Espero que el provincial levante a la brevedad esa cautelar, pues no hay motivo para mantenerla. Colaboré ampliamente en la investigación y ya presté declaración. Tengo un trabajo en La Chimba y muchos pobladores me han manifestado que me necesitan de vuelta, así es que espero volver pronto", dijo Berríos.
Respecto a las acusaciones, afirmó que solo conoce a una de las denunciantes, desde que ella tenía siete años y al igual que a su familia. Cuando la joven cumplió 14 la recibió en su oficina para conversar respecto a un problema personal.
"Conversé con ella mientras su mamá y mi secretaria estaban a pasos de donde conversábamos. Fue algo breve, solicitado por su madre, y luego ambas se fueron agradecidas. Y eso fue todo", aseguró al mencionado medio.
Si bien el padre Berríos ya ha negado las acusaciones en su contra, volvió a ser consultado sobre si habría incurrido en "actos impropios" al ser "un cura cercano", el presbítero declaró que "nunca me he aprovechado de mi condición de sacerdote y, como ya dije, tras conocer los relatos puedo afirmar que no he cometido los actos de supuesta significación sexual que se describieron ante la investigadora y que la Compañía de Jesús describió como 'tocaciones y diversos traspasos de límites'".
Además, agregó que en el comunicado de la Compañía de Jesús además se declaró como inverosímil una de las acusaciones por parte de otra denunciante de ahora 32 años, " en que ella aludió a una supuesta imagen en la que habría recordado una relación sexual que me involucraría. Pero eso quedó totalmente desacreditado".
Finalmente, dijo que respecto al proceso "lo que más me afecta es el trato desigual, trato desigual que también se refleja en que la Iglesia tenga una justicia paralela a la justicia de todos los chilenos, que prescinde de la justicia ordinaria. Un mundo inquisidor, secreto y en el que no puedo defenderme", especificando que no hay presunción de inocencia.
"Prefiero esperar a la justicia civil, a la que estamos expuestos todos los chilenos, porque es transparente, la gente puede saber de qué se me acusa y tengo posibilidad de defenderme", enfatizó.